1. Arrepentidos los quier Dios. Capítulos 4º 5º y 6º


    Fecha: 30/10/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... limpié con bastante asco el tafanario. --¡Venga tata! Ahora te voy a meter la colita, y te juro que después me duermo. Pero antes llama a mamá, y juguemos al cocherito leré. Doña Patrocinio que ya se sabía "la película" entró en ese momento, y me sentí algo aliviada, tenía bastante tensión acumulada. --¿Quiere mi niño jugar? ¡Venga, juguemos! Pero luego a dormir. --Sí, mamá. Nos cogimos los tres por las manos y haciendo un circulo, jugamos al cocherito leré. Se fue doña Patrocinio a la vez que me guiñaba un ojo para indicarme que le llevara a la cama y que me follara. Era la escena final del juego. Y que lo estaba haciendo muy bien, ya que la cara del señor Ministro denotaba satisfacción por todas partes. Le llevé a la cama... --Tata... tata... ¡tero teta... tero teta..! Me saqué "las dos", a la vez que le decía: ahora mi niño va a tomar su biberón, y luego a dormir. Mamaba de "mis pedúnculos" de una forma desesperada; miré a su entrepierna y "aquello" parecía que iba a reventar; me recordaba a un obús que durante la guerra cayó en mi pueblo sin explotar. --Y ahora mi nene, me va a meter su colita, y luego a dormir. --Sí, tata, sí. Me abrí bien de piernas, y sentí cierto temor, "el aparato" era demasiado gordo, pero entró...¡Vaya que si entró! Hasta las mismísimas bolas. --¡Ay Tata...! qué rico está... qué rico, lo tienes más estrechito y calentito que la otra tata... ¡Qué rico.. Qué rico...! No dio lugar a un tercer ¡qué rico! Pegó tres empujones que casi me incrusta con el ...
    ... cabecero de la cama. Y allí se quedó dormido, (o haciéndose el dormido) como había prometido. A los quince días, recibía el regalo un coche marca Citroën. Matriculado y asegurado a mi nombre, con una nota que decía: "Ala Tata más buena y bonita del mundo". Me había consolidado como la meretriz más cara de Madrid, cuyos favores sólo estaban al alcance de muy pocos, ya que mis tarifas eran prohibitivas para la mayoría de los clientes habituales. Mis servicios eran contratados y negociados de antemano por doña Patrocinio; y con una lista de espera de más de un mes. Ella se quedaba con un 50 por ciento de lo contratado, ya que se encargaba de mi alojamiento en la mejor suite de la casa para mi sola, y de mi manutención. Había meses que ganaba tanto dinero, que no sabía que hacer. Mi libreta crecía como la espuma, tanto, que el director del banco me hacia reverencias cuando iba a depositar mis ahorros. Por todo esto, una servidora, nunca se exhibió a la voz de: Niñas: al salón Era materia reservada sólo para sibaritas del placer con grandes fortunas. Y se cantaban coplas en mi honor. Una de ellas decía. ¡Qué tendrála Manolita, que tan alto se ha de vender! Será porque es bonita O porque sabe muy bien joder. Mi fama era tal, que mi nombre corría de boca en boca de todos los millonarios en los mentideros del País. Venir a la capital, y acostarse con Manolita, era como presumir de alojarse en el "Hotel Riz". ¡Pero claro! no todos podían presumir de hospedarse en el "Riz." Otro buen ...
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