1. Acepte coger con mi compadre.


    Fecha: 27/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: tranquilita, Fuente: RelatosEróticos

    Nunca me imagine coger con mi compadre, todo empezó en una reunión en su casa, después de algunas horas en que había tomado a la par de mi marido, al verme un poco tomada mi compadre, se me acerco y me invito a bailar. Este cabron aprovechaba cualquier momento para alagarme y untarme su bulto, que aún no se sentía duro, así estuvimos un buen rato, poco después de que todos se retiraron, nos quedamos los cuatro solos como lo habíamos hecho en otras ocasiones. Empezamos a bailar, poco después mi compadre le dijo a mi esposo déjame bailar con tu esposa, este cabron insistía en untarme su bulto el que empecé a sentir como se le iba parando, aunque lo hacía discretamente, me estaba excitando. Después de bailar un rato, mi compadre nos sirvió unas copas, y casi de inmediato me pidió que lo acompañara a la cocina usando como pretexto que lo ayudara con el hielo. En cuanto entramos, me tomo de un brazo, me izo girar y me empezó a besar muy, muy caliente, no se como se lo consentí, creo que me puso tan caliente mientras bailábamos que no opuse ninguna resistencia. Le dije que mi esposo y su mujer estaban en la sala y que se darían cuenta, me respondió que lo haríamos rápido y que no se darían cuenta. Sin dejar de besarnos apasionadamente, baje mi mano para darle unos apretones a su verga sobre el pantalón que se puso aun mas dura, mientras el me tocaba los senos con mucha fuerza pero sin lastimarme. Me hacia gozar y me excitaba tanto, que termine por entregarme a mi compadre que ...
    ... además es el mejor amigo de mi esposo. Con mis dos manos baje su cremallera y le saque la verga, no era tan grande como la había imaginado, pero esta seria la segunda verga que penetrara mis entrañas. Me agache, me la puse en la boca y mientras le daba las primeras chupadas a su verga que estaba tan parada, que sentía en mis labios como palpitaban las venas de su verga en mi boca, eso me hizo hervir. Se la empecé a mamar más y mas duro, estaba tan caliente que me atreví a darle pequeños mordiscos a su glande y abrir su pequeña rayita para intentar meter mi lengua por ahí. Sabia tan rico y estaba tan dura, que no me importo que se quejara un poco, sabia que estaba gozando tanto como yo. Pocos minutos después, me levante, nos miramos a los ojos y de inmediato nos fundimos en un beso escalofriantemente caliente, nuestras lenguas no podían intercambiar mas saliva mientras se entrecruzaban. Sentí como levanto mi falda y empezó a acariciar mis nalgas por debajo de mi pequeña tanga, tratando de tocar mi ano con sus dedos, yo esperaba que lo hiciera, eso me fascina, aunque reconozco que no estoy preparada para que una verga me penetre por el ano. Me calentaba muchísimo al sentir su dedo intentando penetrar mi ano, sentía tan delicioso, que permite que poco a poco me acercara a la mesa que usaban como desayunador, hasta que en ella me recostó. Me levanto las piernas, me quito la tanga aprovechando para acariciar suavemente mis piernas que me hacia estremecer, note que miraba mi vagina ...
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