1. Secretos de familia (1)


    Fecha: 06/05/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... llorando como una niña pequeña. "Qué es lo que te pasa", le dije, mientras la observaba sentada; tenía los pantalones y las bragas bajados hasta las rodillas y verla desnuda de cintura para abajo (nunca la había visto) me causó un estremecimiento por todo el cuerpo (sus caderas torneadas, sus piernas perfectas, su sexo depilado) que jamás había sentido antes. "Es que nadie me entiende, todo el mundo me odia", me contestó mientras seguía llorando. Algo aturdida por aquella extraña atracción que me estaba causando ¡una mujer! (nunca había sentido atracción por las mujeres), la abracé y le dije: "Nadie te odia, lo que debes hacer es cambiar tu carácter, pero yo te entiendo, lo que te pasa es que echas de menos a tu madre". Al abrazarla ella apoyó su cara sobre mis pechos y entre sollozos empezó a darme besitos suaves sobre ellos, lo que me causó una excitación enorme. "Desde que te conocí, siempre pensé que tenías unos pechos preciosos, y mira como se te marcan los pezones", me dijo mientras introducía sus manos dentro de mi camisón, buscando mis senos absolutamente duros por la excitación. Aquello me resultó perturbador: en ese momento la odiaba, una mujer, además de 18 años (un año más joven que mi hija) y que era mi hijastra me estaba poniendo cachonda como hacía años no lo había estado; y lo peor es que ella se estaba dando cuenta y disfrutaba con ello. Por fin, en un momento de lucidez, la aparté y le dije: "Basta ya de tonterías, levántate de la taza, límpiate y vete a la ...
    ... cama a dormir"; ella, sonrió y me obedeció; cogió papel higiénico y lo empezó a restregar sobre su sexo haciendo movimientos insinuantes, ¿quieres que te enseñe un secreto?, me susurró; "sí", le respondí intrigada. Entonces abrió sus piernas y me enseñó un piercing que tenía puesto en su clítoris. "Eres la primera persona que lo ha visto, ¿qué te parece?; "me parece una barbaridad, eso te ha tenido que doler mucho; espera que se entere tu padre", le dije; "no duele nada y notarlo me pone; quiero que lo toques, que seas la primera persona que lo toque, anda, sí". No sé si la curiosidad o la excitación me provocaron aceptarlo, el hecho es que introduje mi mano en su vagina y empecé a acariciarla, primero suavemente y luego con fuerza, lo cual le causó soltar unos gemidos que me preocuparon. "Cállate, que nos van a escuchar", le susurré; "cállate tú y fóllame entera, mamá", me respondió. Aquellas palabras me pusieron muy nerviosa, era la primera vez que Elvira me llamaba mamá y tenerla a medio orgasmo me excitó tanto que introduje tres dedos en su vagina y la masturbé como a mí me hubiera gustado que me hubieran masturbado alguna vez. Al terminar su orgasmo, agarró mi mano y me la introdujo en la boca, sentí que la mezcla del flujo vaginal y la orina tenía un sabor agridulce que me causaba a la vez asco y placer. "¿A que es el mejor coño que has probado nunca?, me preguntó sonriendo; "yo jamás había probado nada de esto…, estoy avergonzada, Dios, qué vergüenza…", acerté a decir ...