1. Las aventuras interraciales de mi esposa.


    Fecha: 08/05/2019, Categorías: Sexo Duro Sexo en Grupo Sexo Interracial Autor: nitran, Fuente: xHamster

    ... estar llena de emociones. Se saludaron y ellos la guiaron hasta la cama. Pudimos comprobar que debajo de la toalla, todavía llevaba puesta la ropa interior. Los masajistas en un casi perfecto español le comentaron que iban a hacerle: - Empezaremos por las cervicales, seguiremos por la espalda hasta la zona lumbar y para concluir esta primera parte proseguiremos con glúteos y piernas. A continuación y como final de esta sesión, trabajaremos muslos y caderas. - Vale, - respondió mi esposa- ¿como me pongo? La tumbaron sobre la cama, boca abajo. Le bajaron la toalla hasta la altura de las caderas. Y con un sensual “permítame” le desabrocharon el sujetador.Toñi me miró a los ojos, como para escrutar cual había sido mi reacción. Yo le sonreí como sin darle importancia. Mi autentica reacción se estaba produciendo poco a poco debajo de mis pantalones. Untaron cierta crema sobre la espalda de mi esposa y con suaves movimientos de las manos empezaron a masajear toda la espalda de mi mujer. Ella parecía relajada y parecía que le gustaba aquella sensación. Terminada la espalda, dijeron: - Empezaremos ahora con la zona de los glúteos y piernas, relájese. Si lo prefiere, su marido puede quedarse. - Sí, contestó ella. - Necesitamos que se despoja de su ropa interior, es para evitar que se manche. Ella, incorporándose, y sujetándose la toalla deslizó sus braguitas hasta los tobillos dejándolas al lado de la cama. Deslizaron la toalla hasta mas de la mitad del culo de mi mujer tapando solo ...
    ... la unión entre ano y vagina. - No tiene porque preocuparse. Somos profesionales. Ella me miro nuevamente, pues la situación era nueva para ella. Estaba casi totalmente desnuda delante de dos desconocidos que estaban recorriendo su cuerpo con sus manos. Al ver el culo de mi esposa y aquellas otras manos frotando las nalgas de mi esposa, mi polla se endureció de forma definitiva lo que tuvo que notar mi esposa pues me miraba constantemente, con esa mirada que pone en los momentos previos a hacer el amor conmigo. Aquel movimiento de las nalgas, y de las caderas, que una y otra vez le levantaban suavemente empezó a hacer algún efecto en mi mujer, pues veía yo que su cara tomaba un color mas sonrosado. La verdad es que aquel movimiento era excitante. Uno le acariciaba suavemente las nalgas mientras que el otro la cogía por detrás levantando muy suavemente sus caderas imitando las penetraciones del hombre. Mi esposa que hasta entonces mantenía las piernas juntas las separó levemente, lo que provocó que la toalla resbalara y dejara su culo entero a la vista de aquellos dos. En un rápido movimiento asió la toalla y se la colocó, a la altura de la cintura lo que hizo que uno de los masajistas se la bajara a la vez que le comentaba: - ¿Se siente m*****a? - No, es que se había caído la toalla. - Estamos terminando con esta zona y es casi mejor quitarla toda para no perder tiempo. Permítame. Le quitó con delicadeza la toalla. Pero mientras se la quitaba los dedos de aquel negro fueron ...
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