1. Cornudo humillado


    Fecha: 14/05/2019, Categorías: Voyerismo Sexo en Grupo Tabú Autor: parejafartun, Fuente: xHamster

    ... Rápido y Furioso rasqueteaba despacio y mirándome de reojo. Algo andaba mal.Sí, la ventana del ala norte, la que daba a la pared que Rápido y Furioso rasqueteaba, estaba ahora cerrada, cuando antes estaba abierta. Un salto en el corazón me ahogó. Largué la bomba que ya maquinalmente había agarrado y me dirigí a la casa. El idiota me salió al paso.—No entre. ¡No puede entrar! —me dijo con su sonrisa ida.—¿Cómo que no puedo entrar? —Rápido y Furioso no era el casero, nomás era un pobre tonto bueno con una facha bizarra, no me intimidaba. Crucé la puerta con él atrás, suplicándome no avanzar.Hasta que llegué a la puerta de la habitación norte. Los gemidos de mujer eran fuertes y rítmicos. ¿Mi novia? Quise abrir pero estaba cerrada. Traté de forzarla. Del otro lado los sonidos no paraban, y Rápido y Furioso me agarraba débilmente del brazo para sacarme.En un momento la cogida paró y la puerta se abrió apenas unos centímetros. Era el casero, y parecía desnudo.—¿Qué carajo quiere?—¿Dónde está mi novia? ¡Déjeme entrar! —y empujé. Pero José tenía trabada la puerta abajo, con su pie.—Acá no se puede entrar. Esto es un asunto privado —Apoyó también el culo y ahora empujar se me hacía imposible.—¿Mi novia está ahí? ¡Déjeme ver quién está con usted!Pero el hijo de puta no solo ignoró mi reclamo, sino que hizo algo peor.—Vení, nenita, vení para acá —le dijo a la que estaba con él. La llevó evidentemente para sí y continuó cogiéndosela, pero esta vez apoyado contra la puerta que yo ...
    ... trataba de abrir.Me asomé por el poquito de espacio que había y vi que se estaba cogiendo a una chica delgada y de pelo oscuro, igual de delgada y morocha que mi novia, pero de quien no le pude ver el rostro. Ella se apoyó de espaldas a él y a la puerta y se acomodó para —evidentemente— enterrarse la verga del casero.—¡Tami! ¿Estás ahí? ¡Tami!—¡Andá a seguir bombeando, cuerno! —me gritó José, mientras se seguía clavando a la que seguro era mi novia, y a la vez trataba de empujar la puerta con su peso, para cerrarla. Pero el que trababa ahora con el pié abajo era yo.—Tami! ¿Sos vos? —Vi cómo la chica iba atrás y adelante con movimientos repetidos. Y jadeaba. Dios, cómo jadeaba.Se la estaría violando. Mi noviecita era incapaz de hacerme algo así. Empecé a golpear la puerta con desesperación y tratar de meter el cogote para comprobar si era Tami. Era. Le vi el rostro por un segundo y estaba como poseída por un demonio. Empapada de transpiración, los cabellos mojados sobre sus ojos, mordiéndose los labios de puro placer a****l. Recibía la verga de José, totalmente entregada, facilitado por la apertura que el mismo hijo de puta le producía al abrirle con sus manos las nalgas, como si fueran gajos. Le sacaba la pija y se la enterraba hasta los huevos, ahora a una buena velocidad.—¡Suéltela, hijo de puta! ¡No se la coja!Pero el casero seguía garchándosela como si nada. A veces se asomaba un poco por la apertura de la puerta y me miraba y se reía, burlón. Y seguía bombeándola. Entonces ...
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