1. La extraña vida de Suevia. Parte 1.


    Fecha: 15/05/2019, Categorías: Lesbianas Autor: augusto orense, Fuente: RelatosEróticos

    Parte 1: Suevia despierta. Suevia había tenido un extraño sueño. Estaba de rodillas en su habitación completamente desnuda excepto por una fina panty que se ensartaba en sus nalgas y en su ya hinchada y peluda vagina. Su clítoris rozaba la delgada tela y la hacía estremecer de placer. Pero lo que a ella realmente le importaba era chupar el inmenso seno que una chica rolliza y mas bajita que ella, le ofrecía estando de pie. La inmensa teta de pezón grande y rosado claro se le antojaba como el manjar más sabroso que hubiese probado. Sus propios senos pequeños de areolas grandes tenían los pezones erectos y duros. Y un hilo de saliva le rodaba por su mejilla a medida que chupaba más y mas. La mano de la chica se enredaba en su largo cabello enrulado mientras acariciaba su cabeza y la atraía hacia ella. Parecía disfrutar demasiado la boca de labios grandes de Suevia -quien no era lesbiana y nunca en su vida adulta había probado otro pezón que no fuese el de ella -. Suevia estaba segura de no conocer a la chica, pero se le antojaba hermosa y apetecible. Su mano comenzó a recorrer sus gordas piernas, sintiendo la suave piel blanca bajo sus palmas. El olor de la vagina de la chica comenzó a emanar junto con sus fluidos lubricantes. Suevia recorrió con sus dedos la parte interior de los muslos recogiendo todo el fluido que podía y restregándolo en los pezones de la chica para volverlos a chupar. El resultado era ambrosia y los labios hinchados de la vagina de Suevia apretaban la ...
    ... tela del hilo que se metía entre ellos como una muy tensa cuerda provocándole dolor y placer. Los dedos de Suevia ya entraban y salían con rapidez de la apretada cuca de su amante anónima y hasta el ano de Suevia palpitaba de las ganas de ser penetrado. Como si pudiera escuchar su pensamiento, la chica se retiro de Suevia y la hizo ponerse de pie. Sus manos acariciaron las caderas de Suevia y retiraron lentamente el empapado hilo dental. Este cayó al suelo con un débil sonido chapoteante y la lengua de la chica –que Suevia seguía aun sin poder ver- comenzó a recorrer lentamente el camino entre su ombligo y su monte de Venus. Las caricias de su lengua cambiaban a tiernos y húmedos besos que dejaban un brillante camino de saliva. La boca de la chica llego a sus labios externos e inclino su cabeza para besar su vagina. Su lengua recorría toda la rajita hinchada y roja de Suevia y chupaba su clítoris como si de un caramelo se tratara. Pero la boca de la chica era dulce, tierna y un poco ansiosa de abarcar toda su vagina. No paso mucho tiempo para que Suevia explotara de placer en un inmenso orgasmo que inundó la cara de la chica y la hizo despertarse. Se encontró con su cuerpo sudado bajo la bata de dormir corta que llevaba, su ropa interior yacía en el suelo y su entrepierna estaba húmeda y babosa gracias los fluidos de su orgasmo. Su cuarto olía profundamente a sexo, aunque ella no lo notaba tanto. Sentada en el borde de la cama, estaba llena de sentimientos encontrados. Nunca ...
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