1. Acosado por hermana y madrastra. Sexo con ambas


    Fecha: 17/05/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    En algún momento tenía que darse la convivencia, somos los hijos de la pareja, yo de mi padre ella de su madre, desde que nos presentaron se estableció ese feeling entre ambos. Una sensible diferencia de edades establecía ese escalafón de cierta autoridad que ponía a mitad de camino entre ella y su madre. Ambas mujeres tenían la misma cualidad física, ser tetonas, naturales y súper atrayente para gustadores de pechos femeninos, debilidad compartida con mi padre, por eso mismo ambos estábamos contentos viendo a estas dos hembras moverse con ese atractivo que acciona como imán para nuestras lascivas miradas cargadas de deseo, que yo tenía vedad por el vínculo, y temor a ser culpado de incestuoso, pero puedo decir en mi favor que no he sido el motivador, solo cometí el pecado de no resistirme, como dice el libro de la fe, la carne es débil, y esas tetotas estaban para tentar a un muerto… Se presentó en el cuarto, vestida solo una remera de tela blanca, debajo, en la entrepierna la sombra de un triangulito oscuro suponía una tanga. Adel, es medio hermana, la hija de la pareja de mi padre, una jovencita robusta con redondeces sin llegar a ser gorda, bien tetona, voluminosos pechos, diría que pequeños melones, la delgada y traslucida tela permite adivinar con bastante precisión el gran círculo que marcan las aréolas de los pezones, importantes pero no de la misma proporción que el conjunto del tetamen. Sus veinte años y la calentura que habita dentro de su voluptuoso cuerpo le ...
    ... permiten y ella misma se obligó a ser atrevida, tener la osadía de invadir el cuarto del hijo de su padrastro, el trato amigable y complaciente la impulsó para que esa tarde de solos en casa fuera a tomarme por asalto. Ella era la imagen viva de la transgresión, las tetotas su elemento de dominar voluntades y conseguir cuanto se le antoje, está consciente que los hombres sucumben ante sus imponentes carnes, más blancas y turgentes de que puedan imaginar. Es una mujer joven de piel muy, pero muy blanca, de esas que no gustan de exponerse al sol, sin marcas y con esa blancura que incita a los placeres más extremos, ella lo sabe y está dispuesta a experimentarlo, juega con el fuego llameante de su deseo, sabe que sus tetas pueden más que dos carretas, así le dijo la mamá cuando comenzó a desarrollar esas mamas tan generosamente heredadas de su progenitora: “Estas tetas que heredaste te abrirán muchas puertas, pero también muchas tentaciones, aprende a darle buen uso, con ellas conseguirás a todos los hombres que te propongas, ellos se rendirán complacidos, vendrás como moscas a la miel. Aprende a valorar estos encantos y hacer un provechoso uso de ellos” De todo esto me enteré después de los hechos que voy a compartir con ustedes. Adel, la deliciosa tetoncita, se presentó en mi cuarto, recostada contra el marco permitía el trasluz de su figura y ampliara la silueta de sus opulentos pechos, avanzó, con el atrevimiento de su juventud, sin falsos pudores, con la osadía de saber que ...
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