1. La historia de mi primer trío (3)


    Fecha: 19/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Bisexuales Autor: Fannyco, Fuente: CuentoRelatos

    ... aquello que había reprimido durante semanas. Me tenía, y él lo sabía. Me plantó una mordida desesperada en el labio inferior, yo respondí con más desesperación, me arrinconó contra la pared de su habitación, se separó de golpe, me tomó de las caderas y me volteó violentamente a la vez que me empujaba hacia la pared con su pelvis, le sentía, estaba muy molesto, y eso me excitaba muchísimo, me quitó el vestido con un movimiento brusco mientras buscaba debajo de mi sujetador aferrarse a mis tetas, las apretó con fuerza y dejó una mano ahí para con la otra deshacerse de sus shorts negros, esta vez no usaba nada debajo, me pareció que para estar tan molesto, se había preparado para esto. Su miembro erecto se paseaba por mi sexo, con movimientos tan marcados y fuertes que la fricción ardía, pero eso me hacía estar cada vez más mojada, en su desesperación por quitarme la tanga, la arrancó de golpe, su pene estaba completamente lubricado con mis fluidos, me obligó a inclinarme más, casi a 90 grados, y sin poner una mano encima, movió su pelvis ágilmente y de un movimiento me penetró, fue una sensación inesperada y a la vez deseada, comenzó a embestirme a mucha velocidad, dolía, pero la situación me tenía en un trance desenfrenado, continuó por un rato de esta manera, su va y ven era perfecto, y para ser sincera tenía semanas deseando que hubiera otro encuentro entre nosotros, pero lo que más me sorprendió fue encontrarme pensando en Liz en ese momento, y no pasaron ni un par de ...
    ... minutos cuando ya tenía todas las sensaciones encima, el calor de sus fluidos dentro de mí, los escalofríos, el adormecimiento de mi cuerpo y los espasmos, y ni un sólo segundo había dejado de pensar en ella, sus deliciosos pechos, su cintura, su sonrisa, estaba tan confundida y tan extasiada al mismo tiempo que luego de terminar, descansé un poco, y me incorporé solamente para tomar mi ropa y mis zapatillas y me despedí de Ben. De vuelta en casa, decidí ordenar una pizza, no me apetecía cocinar nada y mucho menos estaba de humor para seguir mi régimen alimenticio al pie de la letra, además, los fines de semana siempre eran días de trampa para mi dieta. Había llamado a Liz al menos unas diez veces sin obtener respuesta, en esos momentos pensaba para mis adentros que mi dignidad ya estaba en el suelo, tomé mi bolso y me subí al auto con el objetivo de hablar con Liz, al llegar a su casa, me encontré con una Liz sumida en la vergüenza, un poco sonrojada, pero amable como siempre, le costaba sonreír, pero aun así, se esforzaba por hacerlo, pasé a su casa y me llevé una sorpresa al encontrar a sus padres en la cocina, ¡demonios! había olvidado que tenía sólo 21 años, había olvidado que a esa edad uno sigue viviendo con sus padres y estudiando, por Dios me sentí peor que antes de saber algo de ella, saludé a sus padres con recato y Liz anunció que subiríamos a su habitación, de camino pensaba para mis adentros que lo que había hecho era un error, me sentía la mujer más pervertida del ...
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