1. El tren


    Fecha: 10/06/2019, Categorías: Confesiones Infidelidad Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía tanto deseo como yo, que hacía más de una semana que no pasaba nada, aunque después me contó que su entrega era por bronca hacia su pareja. Eso me llevó a pensar que podría pasar algo más, por lo que lleve mi mano derecha a uno de sus pechos y comencé a franelearlo. Como ella siguió besándome yo desabotoné un par de botones de su camisa, saqué sus pechos del encierro de su corpiño y comencé a besarlos; ella no dejó quietas sus manos y comenzó a acariciar mi pierna llegando hasta mi entrepierna y comenzó a acariciar mi verga por sobre el pantalón. Al sentir la desesperación con la que lo acariciaba, lo saque de su cautiverio y, mientras ella lo acariciaba, mi mano derecha subió por el centro de sus piernas y, corriendo su bombacha, comenzó a acariciar su vagina, dejando ir un par de dedos dentro de su cueva. En un momento dado, separó sus labios de los míos, y mirándome, sin soltar mi verga, me dijo; “hacelo despacio porque me lo vas a hacer perder”, no entendí el perder, por lo cual se lo pregunte y, me dijo; “al bebe, tengo tres meses de embarazo”. Ella saco su cartera, la que había puesto entre ambos cuando nos sentamos, y la puso contra la ventana acercándose más a mí. Volvió a agarrar mi pija, pajeándome, y yo continué haciéndole una paja a ella. Para mí se la continué haciendo despacio, pero no sé si fue porque mi fuerza no disminuyo o porqué ella quería otra cosa, que soltó mi verga y se paró haciendo que mi mano saliese de ...
    ... su concha y luego se arrodilló o se puso de cuclillas eso no lo sé y comenzó a chuparme la pija, acción en la que perseveró hasta que no solo acabé sino que hasta que no dejó de salirme una gotita más de leche, tragándose todo mi semen. Cuando esto ocurrió se levantó y se sentó nuevamente a mi lado, me miró y pasándose la lengua por los labios me regaló una sonrisa, y me dijo “gracias, muchas gracias, por darme tu esperma, por hacerme sentir otra vez mujer”. Yo no supe por qué lo decía de allí que le dije “No, gracias a vos, fue una maravillosa acabada la que tuve”. Mirándonos empezó un dialogo de este tenor: —Muchas veces me la chuparon y se tragaron toda mi leche pero con vos fue distinto. —Debió ser por las ganas que tenía de sentirme mujer otra vez. —¿Por qué decís eso? —Porque desde que estoy embarazada no he cogido. —¿Por qué? —Porque me peleé con mi pareja, yo quiero tenerlo y él, no. Nos peleamos y se fue. —¡Que boludo! —Vos lo dijiste. Perdóname pero necesitaba sentir una pija en mi boca, sentir la leche en bajando por mi garganta y vos llegaste justo. —¡Qué suerte que tuve! ¿No querés otra cosa? —Gracias pero eso fue todo. Nos dimos un beso y vi que el tren estaba llegando a San Miguel. Había pasado casi una hora desde que subimos. El tiempo se me había pasado sin darme cuenta, por lo que apuré el beso y corrí hasta la puerta para bajarme. Cuando su ventanilla pasó a mi lado me dijo nuevamente gracias y nunca más la volví a ver. 
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