1. Paseos - Sumisión


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: BDSM Fetichismo Autor: Nuruon, Fuente: xHamster

    Salió como cada tarde a dar un paseo por su ruta habitual. Era una tarde dorada de otoño en las que el viento arranca las hojas de las ramas que caen con una danza lenta y hermosa; los rayos de luz se colaban entre las ramas como cascadas de oro líquido que estallaban en el suelo. Entró en el camino que antaño fue una vía de tren y miró al frente decidido a caminar una vez más. Colocó sus manos en las caderas y suspiró. Pronto estaba caminando con la música resonando en sus orejas, un latir secundario que hacía que su corazón se moviese más rápido. Pero todo eso no impidió que su cabeza comenzase a ignorar el ritmo y dejase paso a los pensamientos que suelen acechar desde las sombras del inconsciente.Hacía varios días que había conocido a una chicha por internet en una página de contenidos para adultos. Quedó prendado por del perfil de ella. Su mente comenzó a recrearse en los pechos de aquella chica, grandes y voluptuosos… Sin darse cuenta su pene comenzó a moverse dentro de sus pantalones. No podía parar de imaginarse así mismo comiendo de aquellos pechos de forma escandalosa y húmeda. Su mente se apagó y comenzó a divagar… Era una estancia oscura. La lluvia golpeaba contra los paneles metálicos que conformaban el techo con un estruendo que hacía el lugar aún más claustrofóbico. Del techo caían unos pilares de acero pintados en rojo que formaban filigranas en el aire que recordaban a una gran enredadera; el suelo era de un cemento rugoso con el color de la arenisca. Una ...
    ... mujer yacía vestida y maniatada en el centro de la estancia. Caminó hacia ella creando una sinfonía de pasos que reverberan como un requiem que anunciaba el Final de los Días. Una vez más cerca de ella observó el trapo que cubría su boca dejando entrever sus dientes. Balbuceaba y trataba de hablar con nefastos resultados que caían goteando hasta el suelo. No pudo reprimir la punzada de placer que le recorrió el pene al verla de aquella manera. Se agachó para hablarle al oido.— ¿Has tenido que esperar mucho?— ¡Mphfff!—dijo ella.Le acarició el pelo para retirárselo de la cara y ver su rostro; con un dedo recorrió su mejilla hasta sujetarle la barbilla y levantársela para obligarle a mirarle a los ojos. Ella tenía los ojos ensanchados con un grito sordo atrapado en el ámbar de sus iris que le empujaba a uno a saltar al abismo de terror de sus pupilas. Él sonrió levemente. Se inclinó hacia ella para pasarle las manos por detrás de la cabeza y retirarle el trapo con delicadeza.—¿Qué vamos a hacer contigo? ¿Eh? —le sujeto los carrillos con la mano para obligarle a abrir la boca y le ladeo la cabeza para susurrarle al oido— ¿Darte unos azotes? —enderezó su cara y le escupió dentro de la boca— ¿O quizá debería colgarte boca abajo toda la noche?— Eres un cabrón.— ¿Cómo has dicho?— Que eres un cabrón —él le azotó la cara—, eres obvio hasta más no poder —le tiro del pelo para obligarle a mirar.— Veo que no podrá ser por las buenas.Se incorporó y comenzó a dar vueltas alrededor del delicado ...
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