1. Anita y una cama nueva


    Fecha: 12/06/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Anita y una cama nuevaUna semana después de la tremenda cogida anal que le habían dado los albañiles del edificio de enfrente, Anita todavía me negaba la cola a mí, aduciendo que tenía una inflamación y le dolía.De todas maneras seguíamos cogiendo como nunca, cada día encontraba a mi dulce mujercita más y más caliente y sensual.Esa tarde regresaba caminando del trabajo, cuando recibí un mensaje de texto, donde me pedía que fuera directamente al sótano del edificio frente a nuestra casa. Ya me imaginaba de qué se trataba; seguramente iba a coger nuevamente con Nicolás, pero esta vez quería que yo estuviera presente.Los encontré en el segundo subsuelo. Ana estaba parada de espaldas a la pared, con una pollera larga de amplio vuelo enrollada en la cintura; su tanga negra tirada en el suelo. Entre sus torneadas piernas había un hombre sin pantalones, que la aferraba por la cintura mientras le daba violentos embates de cadera; estaba cogiéndola de pie…Ana me vio llegar y sonrió, pero siguió disfrutando de la cogida sin decirle nada a su ocasional amante. Gemía de una manera muy sensual, mordiéndose los labios y mirándome a los ojos, dedicándome su placer…El hombre comenzó a arremeter el cuerpo de mi dulce mujercita con más rapidez, haciendo que ella jadeara y gimiera cada vez más alto. Finalmente se tensó y permaneció unos segundos totalmente quieto, mientras descargaba todo su semen dentro del cuerpo de Anita.Se salió de ella y se levantó los pantalones, al mismo tiempo que ...
    ... giraba y notaba mi presencia.“Ah, aquí llegó el cornudo del marido” Dijo Facundo, quien esta vez había reemplazado a Nicolás.Su comentario me m*****ó un poco, así que me acerqué a Anita y la tomé de un brazo, arrastrándola fuera del lugar. Subimos a nuestro departamento, donde en medio de una discusión le hice prometer que nunca más haría estas cosas si yo no estaba presente. Ella estaba muy acongojada y me replicó que por eso mismo me había enviado un mensaje, pero con la calentura que tenía no había podido esperarme para empezar a disfrutar de Facundo. Me confesó que cada vez se sentía con más ganas de coger con otros hombres y que no podía evitar excitarse tan sólo con escuchar alguna propuesta.Unos días más tarde decidimos ir a una mueblería que nos había recomendado un amigo, ya que habíamos planeado cambiar nuestra cama matrimonial; realmente chirriaba demasiado durante nuestros salvajes encuentros sexuales y los vecinos del departamento próximo ya nos miraban de mala manera cada vez que nos cruzábamos en el ascensor o los pasillos.En la mueblería nos recibió un vendedor bastante joven.Le explicamos que nos habían recomendado hablar con un tal Pedro y nos respondió que ése era su padre, el dueño del lugar. Nos hizo pasar amablemente y por supuesto pude notar que sus ojos iban directamente al culo de Ana, que se le marcaba bastante bien tras unos livianos pantalones ajustados que llevaba esa tarde.Nos acompañó hasta una oficina y nos presentó a su padre, sentado detrás de un ...
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