1. La chica de las pastas italianas


    Fecha: 13/06/2019, Categorías: Hetero Fetichismo Autor: Dany, Fuente: CuentoRelatos

    ... nada de sus pies. Aquello para Joaquín era tremendamente sicalíptico: una chica bonita con el cabello castaño cayendo sobre sus hombros, vistiendo una mini-túnica que muy poco dejaba a la imaginación de quien la viera, sus piernas desnudas muy bien torneadas, y aquellas sandalias cubriendo apenas poco de aquellos pies tan límpidos, adornados armoniosamente con unas uñas de color rosa delicado, aquello era demasiado… de pronto, algo en la humanidad de Joaquín comenzó a dar señales de que se estaba despertando a gran velocidad, y no le quedó más remedio que cubrirse con la carretilla para disimular un poco lo que le estaba ocurriendo en su entrepierna. Pero no quería irse de allí, pues estaba embelesado contemplando a la muchacha de los espaguetis. Luego echó mano de su móvil, un caro dispositivo con cámara de alta resolución, y comenzó a tomar fotos, amparado en que otras personas estaban haciendo lo mismo. La chica lo vio y le sonrió maliciosamente; sabía, por alguna razón, que aquella sonrisa iba dirigida a él. Entonces, casi frente a Joaquín, en un gesto bastante provocativo, descruzó las piernas, permitiéndole poder verle más allá de lo poco que cubría la túnica-minifalda. Cambió, entonces el móvil, de modo foto a film, y comenzó a hacer un video, con lo esperanza de que volviera a ocurrir lo mismo: que la chica volviera a cruzar y descruzar las piernas para poder filmarlo. Y sí, después de un breve instante, la chica volvió hacerlo. —¡San Juan! —murmuró de pronto Joaquín ...
    ... sin poder contenerse. E inmediatamente se escuchó, cerca de él, una voz que preguntó: —¿Queee? Por un segundo Joaquín pensó que era el santo quien le correspondía, pero era nada más el camarógrafo que le preguntaba algo al escenógrafo, quien hizo un gesto con las manos. Parecía que la filmación había terminado. La chica se levantó de la silla en donde se encontraba. En el escenario se armó un cierto barullo, y ella comenzó a caminar hacia algún lugar dentro del supermercado. Joaquín hubiese querido seguirla, pero le fue imposible por la situación de evidente excitación en que se encontraba. Y tuvo que seguir pegado a la carretilla de compras, tratando de pensar cosas desagradables para que el abultamiento que se le había formado en la entrepierna desapareciera, y así poder separarse de la carretilla y comenzar a comprar lo que necesitaba para la semana. Más tarde, cuando Joaquín llegó a su casa, se dedicó, antes que todo, a colocar en el refrigerador y en las alacenas lo que había comprado; luego se fue a sentar en su sillón reclinable de la sala de estar, frente a la pantalla gigante, y empezó a revisar las fotos y la filmación que había hecho de la chica. Comenzó lentamente a repasarlas, pero decidió que aquella pantalla del móvil era demasiado pequeña, de manera que lo conectó a la pantalla grande, en la que veía sus películas, y comenzó a contemplar su obra. Allí estaba la chica, aparecía con gran nitidez, con gran definición, su rostro, su cuerpo, sus piernas…, sus pies… ...
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