1. La isla de los placeres mortales


    Fecha: 20/06/2019, Categorías: Otras Categorías, BDSM Autor: reneamo, Fuente: CuentoRelatos

    ... una de las mujeres del equipo estable por improvisadas contrincantes “Freelance”, las que carecían de la conveniente habilidad (al menos en la lucha) y que se confrontarían a las más experimentadas y atractivas, que eran las muchachas que más atraían clientes, este era el caso de la pareja que estaba presentándose en esta oportunidad, en donde la muchacha latina era parte del equipo estable, por supuesto la más bella y joven, en cambio la blonda era una circunstancial participante madura, naturalmente con poca experiencia. Ya había finalizado el segundo asalto, y la deslucida rubia apenas si pudo terminarlo, yendo hasta su rincón jadeando y maldiciendo, mientras la probable ganadora instigaba a los entusiastas espectadores a aplaudirla, paseándose y complaciendo a los más cercanos al escenario, acercándose hasta las barras de la jaula para manosearlos atrevidamente y dejar de igual forma que lo hagan con ella hasta donde pudiera controlar el ímpetu de estos fogosos admiradores durante los minutos de descanso, antes de proseguir con el tercer asalto. La chica morena estaba ataviada con un diminuto y ajustado bikini rojo de los que usualmente se usan en este tipo de shows, la rubia contrincante con una desteñida tenida de color amarillo, la que al parecer no era de su talla, en el entretanto el árbitro se ocupaba de poner en orden a los bulliciosos clientes, a la vez que hacía de interlocutor entre ellos y las chicas, los primeros haciendo solicitudes indecorosas y de mal (o ...
    ... buen) gusto, como de que manera proseguir con mayor descaro, a lo que las chicas les respondían con desvergonzadas respuesta y gritos, según ameritaba la situación. El ambiente se repetía cada noche en el club, las mismas muchachas, básicamente con la misma clase de parroquianos, salvo algo que rompía lo acostumbrado entre el público asistente aquella noche; había un espectador inusual, el que escapaba a la ralea de individuos que frecuentaba el local, ya sea en su comportamiento, en su apariencia y en su vestimenta. En la barra, estaba sentado un varón, que como ya se sabe, no era uno de los clientes habituales del Club, un francés llamado Pierre Dupont; de apariencia educada, bien vestido, de porte elegante, las sienes con un entrecano incipiente, y por supuesto con el característico acento galo, el que sobresalía en el lugar tanto como lo hace una mosca flotando en una jarra de leche, el que miraba como buscando en ocasiones algo o a alguien a su alrededor. El bullicio que se formaba en cada uno de los encuentros; entre el griterío, vítores del público y de los agudos improperios que se hacían las mujeres para estimular a los asistentes de un lado al otro, a lo largo y ancho del lugar, era totalmente ensordecedor, de tal manera que hasta los pensamientos eran silenciados por toda esta algarabía, lo cual era más o menos la típica función, condición que era del total agrado de la clase de personas que cada noche asistían al club, los que sin este acicate, además de otros, no ...
«1...345...58»