1. Un fugaz encuentro con el esposo de Helena


    Fecha: 21/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Mi amiga Helena había viajado al interior para visitar a sus padres.Al despedirse de mí, había dicho que estaría ausente al menos por una semana entera y que tuviera cuidado con Jorge, su marido, ya que lo dejaba muy caliente, después de haberle negado sexo por unos cuantos días…Le dije que se quedara tranquila; yo no iba a caer tan fácilmente en las garras de Jorge. Pero mientras le decía a mi amiga, sentía la humedad entre las piernas, que me provocaba el morbo de saber que ese tipo iba a intentar algo conmigo apenas su mujercita lo dejara solo…Y no me equivoqué. Al día siguiente me llamó el infiel Jorge. Sabía que mi esposo estaba de viaje y entonces, el muy caradura me invitó a cenar afuera esa misma noche…Yo sabía sus intenciones, así que no me fui con vueltas: le dije si quería venir a mi casa directamente. Por supuesto, Jorge aceptó encantado, diciendo que estaría a las siete en punto.Le dije que dejaría la puerta abierta… a buen entendedor…Temprano por la tarde disfruté una buena ducha tibia, para relajarme y terminé con la lluvia casi helada, para sacarme la calentura.Después desnuda, frente al espejo, observé con detenimiento cada rincón de mi cuerpo. Había aprendido a quererlo, a pesar de algunas imperfecciones…Todavía podía sentir que la redondez de mis caderas era algo sensual; mis muslos estaban algo gruesos pero bastante firmes, al igual que mi culo bien respingón; lo que me hacía atractiva junto con mi vientre chato.Ya pasaba de los cuarenta, pero todavía ...
    ... muchos caballeros maduros y hasta algunos mocosos giraban la cabeza al verme pasar…Víctor me satisfacía muy bien en la cama, pero yo sentía que necesitaba más. No iba a perder la oportunidad de echarme un buen polvo con el marido de mi mejor amiga…Me acosté desnuda en la cama para empezar mi ritual íntimo de lujuria, que me condujese al sendero de la excitación. Y así, estar ya bien caliente cuando Jorge llegara.Mis dedos resbalaron por mi piel, recorriendo lentamente cada poro, encendiendo mi irrefrenable calentura y mis ganas de ser poseída por un buen macho.Me pellizqué suavemente los pezones. Mi cuerpo automatizado, humedeció mi concha en el acto. Masajeé mis caderas y apreté mis nalgas. El anhelo de un buen orgasmo me excitaba…Presionaba y soltaba mis redondos glúteos, bordeando el clímax y refrenando mis ansias por ser embestida a lo bruto…Me estiré para alcanzar la caja que guardaba mi posesión secreta.Allí estaba mi plug anal; un juguete que ni siquiera Víctor conocía. Era el chiche de los mil orgasmos, mi pequeño compañero de traviesas aventuras y placeres que nunca me había atrevido a declarar frente a mi adorado esposo.Lo lubriqué con mi saliva y cerré los ojos, mientras lo introducía muy suavemente, a la vez que rozaba ligeramente mi clítoris con las yemas de los dedos.La percepción de plenitud me poseyó, y me transportó a los momentos en que Víctor me embestía desde atrás sin piedad.Tuve que aminorar el ritmo porque solo el recuerdo de su aliento en mi nuca me puso ...
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