1. El pellizco de mi cuñada


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Infidelidad Incesto Autor: Romeo Diablos, Fuente: CuentoRelatos

    ... levanté con el pantalón en las rodillas y con el pene levantado me acerqué a aquel culo y puse mi pene entre los glúteos con el glande hacia arriba, para no clavarlo en aquella gruta. La rodee con mis manos y apreté mi cuerpo contra el suyo y contra el banco de la cocina, con una manó busqué por delante entre sus piernas la abertura del chochito hasta llegar al clítoris, ella separó las piernas y con mi mano hurgué en su pubis buscando, aparté previamente los rizados pelos que guardan la húmeda entrada, encontré su clítoris y empecé a acariciarlo suavemente, mientras ella se estremecía de placer, con cada movimiento de mi dedo aquel botón se endurecía y ella gemía con sonidos reprimidos para evitar ser oída. Su sexo estaba totalmente húmedo y a punto del orgasmo. Entonces paré y me aparté de ella sentándome en la silla otra vez le dije —¡Ven, siéntate aquí sobre mi pene! Ella se quedó mirándome, recogió la braguita del suelo y se la puso en el bolsillo del vestido y se acercó a mí dudando, con cara de niña vergonzosa, puso una pierna a cada lado de las mías y flexionándolas se agachó y antes de sentarse a horcajadas sobre mí, cogió mi pene con la mano para agacharlo y colocarlo por debajo suyo, a lo largo de la raja, asomando por su culo y así evitar que se clave en su vagina, restregó su raja húmeda contra él y empezó a moverse hacia delante y hacia atrás masajeando el pene con su raja. Mis testículos acumulaban ya toda la leche que les cabía, yo estaba acalorado y a punto ...
    ... de reventar, movía sin parar el culo en vaivén, lento pero continuó. Una de sus manos la llevó hasta su culo y empezó a acariciar el glande que asomaba en cada uno de sus embestidas, yo me agarré a sus caderas y juntando el pecho al suyo acompañé sus movimientos, bajé una mano hasta la raja del culo y la seguí hacia abajo con el dedo hasta encontrarme con su mano que tocaba mi glande y hurgué entre su mano y mi pene buscando el agujero de su culo que encontré porque ella lo levantó lo suficiente para que yo lo encontrase. Le acaricié con la punta del dedo su agujero apretado y poco a poco le metí la punta venciendo la fuerza de sus esfínteres. Ella seguía simulando el movimiento de follar, pero sin penetración, solo la de mi dedo en su ano. Estaba muy excitada, su vagina chorreaba de jugos que mojaban totalmente mi pene, de pronto estiró las piernas levantando su culo a un palmo de mi sexo, agarró con una mano el tronco de mi pene y con las piernas abiertas acercó su chocho abierto a mi glande aplicándolo a la raja buscando su clítoris, empezó a restregarlo en la raja insistiendo para darse placer. Tenía los ojos cerrados y jadeaba apretando los labios, de repente noté como su ano aprisionaba rítmicamente mi dedo y ella en silencio y con la respiración contenida se convulsionaba sin parar de restregarse el pene el clítoris, hasta que soltó un quejido de placer. Mi cuñada estaba roja y los ojos relucientes por el orgasmo que aún soltaba los últimos espasmos, apretando la sedosa ...
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