1. Un viudo joven: Tania, mi fogosa ahijada


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Grandes Relatos, Bisexuales Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos

    A mi ahijada Tania, la conocí cuando apenas tenía 5 años y llegamos a vivir a Guadalajara. Su madre, del mismo nombre, y su hermana Virginia, fueron nuestras vecinas por 8 años. Su padre, un tipo corriente y abusivo, jamás vivió con ellas, solo las visitaba esporádicamente y era para darse unos revolcones con su mujer, beber todo el día y golpear a su esposa. Cuando Tania cumplió 8 años, su madre nos pidió, a mi esposa y a mí, apadrinar a la niña en su primera comunión, desde esa fecha, nuestra amistad se fortaleció, así como la relación entre las dos familias. Como ya les había comentado en otra historia, nosotros nos cambiamos de domicilio y la relación entre familias disminuyo, después de 7 años de la primera comunión, la mama de Tania, volvió a buscarme, para ayudarle a celebrar sus 15 años, la señora ya divorciada y yo, con 2 años de haber perdido a mi esposa, iniciamos una relación esporádica donde nos reuníamos ocasionalmente para tener sexo sin compromiso alguno. Durante cuatro años, vi como mi ahijada se convertía en una joven bella y rebelde, con falta de disciplina por parte de su madre, pero con valores bien cimentados, por desgracia, la falta de dinero en casa, la obligo a abandonar la escuela a los 17 años, trabajaba aquí y allá y se liaba con chicos mayores que normalmente abusaban de ella. Cuando me fui junto con mis hijos a radicar a la Ciudad de México, perdí totalmente la comunicación con ellas, hasta que 4 años después, cuando yo contaba ya, con 42 años, ...
    ... recibí una invitación de amistad vía “Face” de mi ahijada Tania, tan solo de ver la foto, pude fácilmente reconocerla. Por este medio, me puso al tanto de su vida, me comunico que su madre había fallecido un año atrás y que ella y su hermana, seguían viviendo en el mismo departamento de siempre. Mi ahijada contaba ya con 23 años y Virginia 21, las dos continuaban solteras, Tania había abandonado definitivamente la escuela y había encontrado un trabajo estable en una tienda departamental mientras la pequeña, estaba a punto de recibirse de la universidad, al tiempo que trabajaba medio turno. Ambas hermanas eran muy parecidas a su madre, un poco más llenitas, de estatura media, con mucho mas busto, sobre todo Virginia y un culo igual al de su madre, llenito y bien paradito, las fotos que tenía en su cuenta así lo constataban. Al poco tiempo, por asuntos del trabajo, tuve que programar un viaje a Guadalajara y decidí aprovechar el viaje para reunirme con ellas. Pensaba reservar un hotel cerca de su departamento, pero ambas hermanas insistieron en dejarme una habitación y que mejor pasara esos días con ellas, esto nos daría la oportunidad de platicar y volver a conocernos. Cuando llegue, constate que, aunque vivían con lo justo, su casa la tenían limpia y ordenada, mucho más que la casa que yo recordaba, me ofrecieron que ocupara la habitación de mi ahijada y que ellas compartirían la otra habitación, esa primera noche, nos quedamos hasta horas de la madrugada platicando, Tania era ...
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