1. Un intruso nocturno


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Esa noche estaba sola en casa. Había llegado tarde de la oficina y solamente quería cenar algo rápido, darme una buena ducha y acostarme temprano. Estaba realmente cansada; el día había sido bastante duro.Me encontraba preparando una ensalada, cuando me pareció oír un ruido extraño, pero no le di importancia.De repente, una mano enorme tiró de mi frente hacia atrás y sentí un acero frío en mi garganta, mientras una voz profunda de macho recio me decía:“Dame toda la plata, nena, o te corto en pedacitos…”El miedo me paralizó y comencé a temblar, sintiendo que ahora su mano dejaba de tironear mi frente y descendía por mi cuerpo, rumbo a mis tetas.La adrenalina me había puesto a mil y ahora podía sentir mis pezones erectos que pugnaban por salir de mi blusa.No le respondí y entonces volví a escuchar esa voz ronca:“Dónde está la guita, putita…?”Temblando y sintiendo ese cuchillo apretar más contra mi garganta, apenas pude susurrar que tenía algo de dinero en el dormitorio, donde había dejado mi chaqueta y mi bolso.Me tomó de los cabellos y me empujó hacia adelante. Entonces pude sentir una tremenda erección golpeando contra mis nalgas.Al llegar a la habitación me empujó, haciéndome caer sobre la cama. Se acercó a la mesa de luz, donde estaba mi bolso. Lo revolvió y se volvió hacia mí, gritándome que solo había unos pocos billetes allí adentro.Dio un salto y se abalanzó sobre mi cuerpo. Me tomó por los cabellos y me obligó a mirarlo a los ojos. Me asustó su mirada de ...
    ... enajenado…Entre lágrimas le juré que no tenía nada más para darle; pero él sonrió con malicia y dijo que se lo cobraría de otra manera. Sentí que pasaba su cuchillo por el escote de mi blusa. Mis pezones seguían erectos y ahora se marcaban contra la delgada tela.Se levantó y sacó de su bolsillo una cuerda fina. Intentó atar mis manos a la cabecera de la cama; pero me debatí furiosamente hasta que me dio un par de cachetadas en la cara. Acercó nuevamente el cuchillo hasta mi garganta y eso me convenció de quedarme quieta.“Así me gusta… que seas una putita obediente…” Susurró despacio.Terminó de atar mis muñecas por encima de mi cabeza y se puso de rodillas sobre mi cuerpo, mientras el acero frío de su cuchillo recorría mi escote. Yo sentía mis pezones a punto de estallar…Se inclinó sobre mí y comenzó a lamer mis mejillas con su lengua. Me sentí muy sucia y asqueada, prefería que me cogiera de una buena vez y se fuera rápido de mi casa…Luego su boca descendió por mi pecho hasta explorar mi escote, Dejó su cuchillo a un lado y con sus enormes manos tomó mis tetas, comenzando a apretarlas y amasarlas.Levantó su cabeza sin dejar de manosearme las tetas y me dijo:“Te voy hacer gozar como a una verdadera perra…”Sus manos agarraron mi blusa y con un brusco tirón arrancaron todos los botones, dejando mis tetas al aire. Sus pesadas manos se dedicaron entonces a sobar otra vez mis pechos, haciendo que mis pezones me dolieran de tanta excitación. Comenzó a lamerlos y a morderlos.Tuve que morderme la ...
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