1. En el autobús


    Fecha: 04/07/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Iría Ferrari, Fuente: CuentoRelatos

    Tengo 25 años estudio a tiempo parcial y además para sacarme un dinero trabajo desfilando como modelo en lencería erótica, dicen que tengo un cuerpo para el pecado, quiero contaros un relato erótico que me sucedió en el autobús en el que suelo viajar casi a diario para desplazarme de la universidad al trabajo. Vivo a las afueras de una gran ciudad y no tengo carnet, ni tiempo para sacármelo ahora mismo, así que, suelo coger el último autobús sobre las doce de la noche, conozco al conductor, es un joven con un cuerpo cuidado en el gimnasio, es muy amable y me espera si me retraso, suelo ser la única que va a esas horas, pero la semana pasada paso algo inesperado ocurrió. Él solía mirarme por el espejo, aunque apartaba la mirada cuando yo lo veía, el también me atraía pero nunca pasamos de las miradas, era muy sensual el juego, pero ese día el autobús se estropeó no podía arrancarlo, miro el motor, pero no sabía que le pasaba y se cortó en un dedo que le sangraba bastante y le cabreo. Entonces me acerque a él y le cogí la mano, le mire a los ojos y empecé a chuparle el dedo que le sangraba, él se relajó y empezó a acariciarle la cara, bajo por mi cuello y llego a mi escote, llevaba una blusa de tres botones, los cuales empezó a desabrochar muy despacio, yo empecé a besarle y el me quito la blusa y a continuación con una mano el sujetador, dejando mis dos pechos de tamaño mediano, con dos pezones muy grandes que siempre le han encantado a los chicos con los que estuve, no pudo ...
    ... evitarlo, al verlos se volvió loco por ellos y comenzó a chupármelos, mientras bajaba sus manos para acariciarme las piernas, mientras subía hasta el muslo por debajo de mi minifalda vaquera y yo estaba súper excitada. Pero más cachonda me puse cuando fue bajando, chupándome todo el cuerpo hasta llegar a mi tanga rojo, entonces sin miramientos me lo arranco de un tirón y comenzó a comerme el coño depilado de muñeca que suelo llevar, yo le agarre por la cabeza con fuerza para que me metiera la lengua hasta el fondo, de repente, me levantó como si nada, pasando sus fuertes brazos por detrás de mis muslos, sin dejar de comerme el coño. (Estaba claro que no tenía ninguna intención de llamar a la empresa para dar el parte del autobús estropeado ni pedir ayuda por la emisora que llevan para casos como este.) Yo cuando me vi arriba, me di cuenta de la barra donde se agarran los pasajeros y me cogí a ella, él seguía comiéndomelo, como nunca antes lo había hecho nadie, tenía el clítoris súper húmedo, me fue bajando despacio mientras seguía agarrada, hasta que mi coño estaba a la altura de su cintura, entonces se sacó su enorme polla y me la metió, mientras me agarraba con sus fuertes brazos, yo sujeta a la barandilla para quitarle un poco de peso, comenzó a follarme, cada vez con más ritmo. Sentía que me desgarraba, con esa enorme polla larga gorda y dura, pero no quería que parara, todo lo contrario, le gritaba “fóllame, no pares hasta que me destroces “él se inclinó sobre mis pechos ...
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