1. Blind Date (II)


    Fecha: 04/07/2019, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... esas nalgas!" dijo y de nuevo su orden obtuvo de mí la respuesta esperada. Me sujetó con una mano y con la otra me dio cachetadas en las nalgas. Unas eran más suaves pero otras eran bien fuertes. Manuel me estaba dando unas palmadas muy fuertes en el culo. Grité cuando sentí el ardor sobre mis nalgas que ya debían estar enrojecidas. Traté de liberarme, pero el no se inmutaba y seguía golpeándome el trasero. Cuanto más luchaba, más fuerte me pegaba y más me abría las piernas. Pronto se fijó en mi panocha. Mi raja también se encontraba a su disposición. Tras darme unas cuantas palmadas en el pan, me pasó sus dedos por los labios vaginales para comprobar como estaba lubricándolos. Y entonces, con renovado vigor me golpeó otra vez los glúteos. Mientras me pegaba, me repetía insistentemente que debía obedecerle en todo lo que me pidiera y sin protestar. Me decía que su hermano le había dicho que yo era una putica muy arrecha y completa. Que quería hacerme de todo y como él quisiera. Yo gemía y le contestaba que sí a medida que él me pagaba en el culo o me apretaba con sus dedos el clítoris. Yo estaba increíblemente arrecha con la paliza. Algunas lágrimas se deslizaban por mis mejillas. Sentía al mismo tiempo como una mezcla de rabia y placer. ¿Qué me estaba pasando...? Yo había pensado que no le permitiría esto a nadie. Pero había algo dentro de mí que me decía que me dejara, que no opusiera resistencia. De pronto se detuvo, me ayudó a incorporarme y todavía no sé por qué lo ...
    ... abracé sollozando como una bebé. "Arrodíllate entre mis piernas", fue la siguiente orden que me dio, al tiempo que buscaba con sus manos mis pezones. Sonrió cuando le ofrecí mis tetas para que las manoseara y mordiera su gusto. Tomó uno de mis pezones entre sus labios y lo chupó hasta que empezó a dolerme. Entonces lo soltó y mordió el otro. Lo único que hacía yo era gritar de miedo y placer mientras mis muslos se iban humedeciendo. Con sus manos cogió mis pezones y haló mis tetas hacia debajo de tal manera que yo quedara a gatas en el suelo. Me cogió la cabeza con ambas manos y refregó mi boca sobre su verga, sus huevas y su ano peludo. Me miraba detenidamente controlando cada una de mis reacciones. "Ahora abre la boca y chupame la polla y el culo hasta que te diga que pares", ordenó soltándome la cabeza. Se relajó un poco sobre el sofá y esperó a que yo empezara. Abrí la boca y tomé su verga. Las nalgas me ardían y me dolían un poco los pezones, pero estaba más arrecha que de costumbre. Lentamente, fui metiendo su polla dentro de mi boca. Por un instante, rondó por mi cabeza la idea de morderlo para vengarme de la nalgueada que me había dado. Pero solo fue una fugaz fantasía. No hubiera imaginado lo que me hubiera hecho. Al pasar la lengua por la cabeza de su polla noté el sabor salado de las primeras gotas de semen. Me la metí un poco más adentro, pero cuando llegó al paladar me dieron nauseas y la saqué un poco. Entonces me cogió la cabeza por las orejas y me forzó a meterme ...