1. Maduras Anónimas (Cap. 04)


    Fecha: 07/07/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Incest_Lover, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi semilla a la arena. Mi madre se levantó sin decir palabra y se encamino hacia los vestidores. La seguí aun si poder creer lo que había pasado. Una vez que estuvimos vestidos nos dirigimos de regreso al hotel. Luego de que cada quien se dio un baño nos preparamos para salir a cenar. Antes de dejar la habitación mi madre me hablo. -Hijo, espero que no pienses mal de mí, solamente lo hice ayudarte.- me dijo apenada. -No te preocupes mama, lo entiendo. Y perdón por el incidente con el bronceador, fue un accidente.- le respondí. Luego de dejar aquellos sucesos atrás salimos a la ciudad. Pasamos un rato agradable, cenamos, paseamos por las tiendas del lugar, compramos un par de recuerdos y regresamos caminando al hotel. Parecía como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros. Pero las cosas nunca son tan fáciles de olvidar. Esa noche mientras mi madre dormía, vinieron a mí las imágenes de los eventos del día. No podía dejar de pensar en la mano de mi madre sobre mi polla, la cual comenzaba a levantarse. La calentura fue más fuerte que yo y con mi madre dormida de espaldas a mi comencé a pajearme lentamente. Trate de imaginarme a las mujeres que había visto en la playa pero era caso perdido; todo lo que venía a mi mente era el cuerpo desnudo de mi madre, sus apetitosos senos, su peludo coño, ese culo increíble. Aumente el ritmo de la paja y nuevamente termine escupiendo mi leche a los pocos minutos. Respire entrecortadamente, atento para ver si mi madre había sentido mis ...
    ... movimientos pero sus leves ronquidos me indicaron que aun dormía ajena a lo sucedido. Una vez aliviada mi calentura caí profundamente dormido. A la mañana siguiente mi madre salió sola por un momento para comprar un par de cosas más que había olvidado. Le pregunte si deseaba que la acompañara pero me dijo que no habría problema. A su regreso preparamos las maletas y emprendimos el viaje de regreso a casa. El día siguiente recibí un mensaje de doña Elide, el encuentro programado seria aquella noche. El mensaje me indicaba que me dirigiera al departamento 509 y que fuera puntual. Trague saliva al recordar a quien pertenecía aquel departamento, la señorita Ana. La señorita Ana era una madura soltera de unos 52 años. Trabajaba en unas oficinas de la ciudad, donde se decía tenía un puesto importante. Tenía fama de ser sumamente estricta y severa. Casi no se relacionaba con las demás inquilinas y casi todo el tiempo estaba trabajando. En un par de ocasiones la había saludado al encontrarla y siempre respondía con un saludo seco y poco amigable. Era de complexión delgada, siempre iba vestida con trajes formales negros, de falda larga, con su largo cabello negro recogido en un apretado bollo que no dejaba ningún cabello fuera de lugar. Sin duda se trataría de una tarea exigente complacer a tan apretada mujer. Subí hasta el quinto piso y algo temeroso toque a la puerta. La madura me abrió la puerta, con su estricta apariencia habitual, incluso la máscara que llevaba era un sencillo antifaz ...
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