1. Un pervertido cuento de navidad (2 de 2)


    Fecha: 10/07/2019, Categorías: Gays Dominación Autor: thescreamline, Fuente: CuentoRelatos

    Apagué la colilla de mi cigarrillo en el cenicero de cerámica que tenía en mi patio interno. La llegada de diciembre estaba lejos de anunciar los climas invernales y la nieve a la que tanto nos acostumbra la cultura norteamericana. En el hemisferio sur, aceptamos al verano y su insoportable calor. Así que no costaba demasiado estar desnudo. Esa noche no soplaba la más mínima brisa. Antes de que volviera a ingresar en mi sala, Dorian apareció ya sin el traje de Santa. También, completamente desnudo, estábamos reconstruyendo una versión homosexual del génesis. - Me estaba sofocando con el traje - admitió, finalmente. - Me parecía que no era lo más acertado para una noche como hoy - afirmé, sonriendo. - Voy a volver a ponérmelo en breve - prometió. - Me gusta la idea de que Santa esté torturando un hombre. Abandoné mis intenciones de ingresar. Dorian me tomó de la cintura y me dio un beso en los labios. A diferencias de otros Máster, Dorian simplemente jugaba el juego en el momento en que tenía que jugarlo y luego abandonaba el personaje sin que le costara. Le gustaba dominar, pero también irradiaba ternura. Dorian era lo que en la jerga gay podríamos considerar un oso. No era un chico robusto o con unos kilos de más, sino más bien era gordo. No era alto y si uno no conociera su lado perverso, jamás soñaría que tenía un costado sádico para exprimir. Nos conocimos por medio de Grindr, cuando con otro amigo, Lucas, buscábamos a una tercera persona para hacer un trío. Esa noche ...
    ... no fue nada de otro mundo. Cumplió una función específica, nos tratamos con mucho respeto y luego que culminó, pasó a ser uno más en la lista de chicos con los que me he acostado. Pero días después, retomó el contacto conmigo y, además de salir a flote el compartir gustos por el sadomasoquismo, también me confesó que me conocía desde hacía años, por un amigo en común, y que siempre gustó de mí aunque jamás se animó a hablarme. - ¿Por qué nunca quisiste hablarme? - le pregunté. - Porque no sabía si eras gay - me respondió. - ¿No sabía si yo lo era o si tú lo eras? - pregunté. - Lo que importa es que, eventualmente, el ciclo se cumplió - comentó. Pensé que era una pena que no se haya atrevido a acercarse hace años atrás. Quizá nos hubiéramos divertido juntos por mucho tiempo. Dorian se autodenominó un Máster y la conversación sobre el sadomasoquismo surgió más por casualidad que por el propósito de concretarlo. A partir de allí, comenzaron esos encuentros casuales en donde sale a relucir un lado perverso y creativo a la vez. No obstante, Dorian, como Máster, tiene mucha más relación con el imponer el dolor físico más que la tortura psicológica. No insulta verbalmente y asume la responsabilidad de un rol en el que corta cuando lo cree necesario. Además, a diferencia de otros Máster con los que estuve, su principal preocupación es la de generar el placer por medio del dolor. Mientras que la mayoría, obtiene el placer causando el dolor. - Tu historia anterior me volvió loco - ...
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