1. mas caña


    Fecha: 11/07/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Cermega, Fuente: xHamster

    ... quien mandaba, y le preguntaba que deseaba hacer, pero simplemente contestaba que ya lo vería, que me sorprendería.Llegamos al hotel, deslumbrante y con todo tipo de detalles. Nos registramos y el botones nos acompañó a nuestra habitación. Cuando nos dejo solos nos abrazamos dándonos un tierno beso.-Bueno, tú mandas le pregunté - ¿Qué te apetece hacer?A todo esto, él se sentó en la cama, se quitó los zapatos y comenzó a quitarse los pantalones.-Vaya, continué. Me estoy imaginando lo que te apetece.No, no te lo imaginas, contestó, quitándose los calzoncillos y tumbándose sobre la cama.-Ah, ¿No? le dije haciéndome la interesante. Pues dímelo.- De momento me vas a hacer una buena mamada para que me vaya relajando, ya que el viaje me ha puesto un poco tenso de tanto conducir. Ah!, y no vas a dejar que ni una gota de mi leche se pierda. Va a ser tu aperitivo de hoy.- ¿Qué? pregunté sosprendida.- Ya lo has oído, contestó. Creía que este fin de semana serías mi esclava, es lo que me prometiste. No me decepciones otra vez.Estaba petrificada. Pero pensé que quizás despues de todo no haría falta hacerlo al 100% como me lo pedía.- Y te recuerdo. Ni una gota perdida, me recordó.Siempre habia tenido reparos en tragarme el semen. No tenía ningún problema en hacer que se corriera en mi boca, me gustaba, pero de ahí a tragármelo era otra cosa. Lo había hecho alguna vez y no era un gran deseo para mi. Pero pensé:- Bueno, si ya lo he hecho, lo puedo repetir, y de paso contentarle.Como pareja ...
    ... disfrutábamos del sexo, cada vez menos, es cierto, porque nuestros encuentros sexuales se espaciaban en el tiempo y no solíamos pasar de la penetración con algunas variantes de posturas y alguna caricia prohibida.Yo era una persona algo inhibida sexualmente. No llegué virgen al matrimonio, pero la primera vez que lo hicimos fue dos meses antes de nuestra boda tras un largo noviazgo, durante el cual nuestra actividad sexual se limitó a besos en la boca y toqueteos, normalmente por encima de la ropa, como mucho algún roce furtivo en el pecho. Y desde luego, el sexo oral no era una de nuestras prácticas. Tan sólo lo había intentado una vez, al poco de casarnos, tras una gran insistencia por su parte, pero únicamente llegué a rozarle el pene con los labios y la lengua, ya que mi repulsión no me dejo continuar. Por su parte, él intentó alguna vez hacérmelo a mí, pero siempre cerraba las piernas y le decía que no me hiciera guarrerias, por lo que no insistía.Así, no podía creerme lo que acababa de oir. No sólo por las formas ni el tono de su voz, sorprendentemente imperativo, sino por la petición en si.Sin contestar me acerqué a la cama y me arrodillé ante él. Comencé a besarle el tronco del pene, aún flácido, y a rozarle la punta con mis labios.-Muy bien, me decía. -Así me gusta, que me des placer. Lo estás haciendo muy bien, ahora métetela en la boca, pásame la lengua por el capullo. Eso es, quiero que me comas toda la verga, muy bien.Perpleja, oyendo sus palabras, continuaba con ...
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