1. Les hice una paja en el cine a dos amigos a la vez


    Fecha: 14/07/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... la mano en el culo, sobre sus vaqueros. La sala de cine se quedó a oscuras, la poca gente que había, el cine es caro para mucha gente, estaba sentada en el centro de la sala, nosotros estábamos los últimos; pero no en la última fila, sino tres filas antes del fondo. El aire acondicionado estaba muy frío pero no lo suficiente para "la mierda de calor" que se ha metido este verano; ¡en la isla no recuerdo nada igual!... pero se estaba bien en el cine. Después de comenzar la película y, con el sonido de la sala a tope yo me sentía muy bien sentada entre los dos, excitada de sentir en mi interior que tenía a dos hombres deseando hacérmelo. Puse mis brazos en los reposabrazos, dejándoles hueco a ellos dos; Pedro rozaba mi mano izquierda y Juan mi mano derecha. Acaricié los dedos de Pedro rozando el vello de sus dedos, su piel se erizó. Casi al momento, acaricié la mano de Juan; su mano tembló entre mis delicados y pequeños dedos, tengo manos de muñeca de porcelana. Me dijo Juan al oído: —Margarita, como me gusta el roce de tu bonita mano, ¡sabes!, mientras estabas en Holanda no podía dejar de recordar tu culazo moviéndose dentro de tu minifalda, y tu cabello largo y pelirrojo, y tu piel clarita y llana de bonitas pecas, ¡me tienes loco! —yo le dije: —Si cierras los ojos ahora mismo te haré algo que te gustara mucho, pero si los abres, ¡una sola vez mientras "te lo hago"!; no te hablaré más, me daría vergüenza. Sus ojos se cerraron apretados como dos vaginas después de hacer ...
    ... pis. Juan es el más celoso y posesivo de los dos; le dije a Pedro al oído muy bajito, mientras Juan apretaba los ojos, tanto, ¡como si le fuera la vida en ello!: —Pedro, amigo; no quiero salir con ninguno de los dos pero quiero daros placer ahora, aquí mismo, a los dos a la vez; Juan cree que será solo a él, mira cómo ha cerrado los ojos Juan, esperándome, sé que tú eres más abierto que él, ¡no! —Me dijo Pedro, también bajito al oído: —Pero que malilla eres Margarita, hazme lo que quieras, estaré callado; pero, ¡cómo te temo!, y te quiero, ¡eres increíble! —Vale Pedro, gracias, vigila que no venga nadie y sácate la polla, por favor. Pedro se bajó la cremallera de sus pantalones chinos y, en la oscuridad, se sacó una polla normalita, ¡pero dura como un palo! Se la agarré por el centro "del tronco" y el tosió con una tos nerviosa y excitada. Al poco, Le dije a Juan bajito al oído: —Juan, bájate la cremallera del pantalón y sácate la polla, por favor. Alzó su culo para buscar la postura y se la sacó al momento, sin abrir los ojos, ¡inmensa!, pero enroscada como una serpiente "a medio empalmar" y; apretó más aún los ojos, "esperándome". No se movía un alma en la sala, nadie nos molestaba ni nadie se daba cuenta de nuestro "calentón a tres". Había en la sala unas treinta personas, y todas cinco filas más debajo de nosotros; veían la peli absortos. Extendí ambas manos, a izquierda y derecha y, agarré con mi mano derecha la polla "semidura" de Juan, apretándola. Con la mano izquierda ...