1. Caminando sola en una zona oscura y muy peligrosa


    Fecha: 16/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Caminando sola en una zona oscura y muy peligrosa.Después de unos meses de casada con mi fiel Víctor, sentí que mi sexualidad estaba un poco incompleta. Con mi esposo cogíamos casi todas las noches, pero de todas maneras yo quedaba algo insatisfecha.Una noche regresaba sola de una reunión con amigas, cuando me detuve frente a las barreras del ferrocarril y allí estuve esperando más de diez minutos que pasara el tren. La oscuridad era total y entonces mis ratones comenzaron a volar en mi cabeza, imaginando que varios hombres me arrastraban fuera de mi auto y me poseían salvajemente, sin que pudiera evitarlo y sin que nadie me defendiera…Desde entonces, cada noche me masturbaba encerrada en el baño a oscuras, imaginando que un perfecto desconocido abusaba de mi indefenso cuerpo.Aprovechando una ausencia de Víctor, una noche me decidí a incursionar sola por alguna zona oscura y peligrosa; iba a tratar de provocar un encuentro con algún degenerado que estuviera tan caliente como yo...Dejé mi auto estacionado cerca de esa misma barrera y comencé a caminar en plena oscuridad. Me había vestido con unos jeans muy ajustados que me marcaban bien la cola, sandalias blancas y una remera negra también ajustada, que me dejaba lucir mis exuberantes tetas.Después de caminar tres cuadras por una zona fabril, me di cuenta de que alguien me estaba siguiendo. Sin girar mi cabeza, comencé a mover un poco más mis caderas, con un vaivén bien provocativo.Por el taconeo de sus zapatos supe que era un ...
    ... hombre; me siguió por unas tres cuadras, siempre acortando la distancia muy de a poco…Las calles eran muy oscuras y no pasaba ni siquiera un auto. Tuve un poco de miedo, porque, aunque yo estaba buscando la situación, no sabía cómo podía terminar.En ese momento me arrepentí y comencé a correr, pero mi seguidor también se movió rápidamente y me alcanzó a los pocos metros.Me tomó por los cabellos y me tironeó hacia atrás; caí al suelo sobre mi cola y el hombre me levantó por un brazo con rapidez. Intenté gritar, pero entonces me dio una cachetada en plena cara y me advirtió que me quedara bien callada, porque en ese lugar nadie podría oír mis gritos.Un poco mareada por el golpe y con mis ojos llorosos, miré hacia un costado y pude ver unos árboles frondosos al costado de las vías. El hombre me atenazó los brazos a mi espalda y me llevó hacia ese lugar, mucho más oscuro todavía.Me arrojó al suelo y él cayó sobre mí; enseguida sentí sus manos recorriendo mi cuerpo, en especial sobando mis tetas, cuyos pezones se endurecieron al contacto de sus dedos, ya que no me había puesto corpiño.De repente me hizo girar boca abajo y sus manos pasaron por debajo de mi cintura, buscando desabrochar mis jeans. Le costó un poco sacármelos porque los llevaba muy ajustados, pero finalmente logró deslizarlos hasta mis tobillos.La visión de mi diminuta tanga blanca le provocó un gruñido de aprobación. Me la arrancó de un manotazo, se la llevó a la nariz para olfatearla un poco y luego se guardó los ...
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