1. Un descubrimiento


    Fecha: 16/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Autor: adictooral, Fuente: xHamster

    ... Si no fuera porque sabía que estaba con su hija juraría que era mi marido el que me estaba comiendo el coño.Por un instante me quedé helada. Sentí algo duro y caliente jugando con la entrada de mi coño. Al principio pensé que eran los dedos de él; pero cuando sentí entrar esa enorme punta no tuve ninguna duda. Me estaban metiendo una polla; pero ¿cómo era posible?- Ni se te ocurra dejar de comerme el coño, zorra - me ordenó mi amante mientras cogía mi cabeza con fuerza entre sus piernas para asegurarse que no podía moverla para ver lo que ocurría detrás de mí. - Ahora vas a sentir como ese pollón, que tan cachonda te ha puesto cuando la has visto, te abre el coño de par en par. -Nada más pronunciar sus palabras sentí como esa polla descomunal entraba de un solo golpe en mi coño. Un escalofrío inmenso recorrió toda mi espalda haciendo que me arqueara totalmente y levantando mi cabeza abrí los ojos como poseída y sentí como ese escalofrío llegaba hasta mi garganta haciendo que soltara un grito de placer inmenso.- Lo sé cielo. Lo sé. Esa polla te va a dar un placer que no vas a olvidar nunca. Y ahora quiero que me trasmitas ese placer con tu lengua. Así que disfruta y sigue comiéndome el coño.Mi mente era un torbellino. Notaba como mi coño se abría con cada empujón que recibía de ese hombre y con cada embestida sentía un nuevo escalofrío. ¿Y esa lengua? Cada vez tenía más claro que era la de Juan. Dios Cariño ¿Realmente eres tú? Te juro que yo no quería. Perdí el control me ...
    ... vi obligada. Estaba absorta intentando justificar mi conducta cuando sentí un chorro inmenso estallar en mi cara.- ¡Diossss zorra! No se te ocurra parar ahora. Me estoy corriendo. AaaaaaaarrrrrrrggggggY nada más decir eso, sentí un chorro inmenso de flujo salir de su coño. Era como si estuviera meándose en mi cara. Casi no podía ni respirar y ella me apretaba la cabeza con fuerza contra su coño así que no tenía más remedio que tragar todo lo que podía de sus flujos para poder tragar un poco de aire.No me lo podía creer, ella se estaba corriendo en mi boca y, lejos de m*****arme, aún me estaba excitando más. Tanto que un escalofrío que anunciaba mi orgasmo empezó a recorrer mi espalda y yo empecé a resoplar y gemir como una perra. Eso hizo que mi amante desconocido empezase a bombear con más fuerza, dándome unas embestidas que hacían que me empotrase en la cara de quien, cada vez tenía más claro, era mi marido. Él también aumentó su frecuencia e intensidad en las lamidas a mi excitadísimo clítoris y en breves instantes empecé a gritar entre las primeras convulsiones de mi orgásmo. Sentí cómo un torrente que nunca había tenido caía sobre mi marido mientras no podía dejar de correrme.No sé cuanto tiempo duró mi orgasmo; pero para mí fue un tiempo dulcemente eterno. Finalmente caí extasiada sobre la cara empapada de mi marido y el coño de mi amante; pero la polla, aunque más despacio, seguía bombeando dentro de mi coño. Estaba tan agotada que no tenía fuerzas ni para pedirle que ...
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