1. Algo real (Primera parte)


    Fecha: 17/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Mercedes, Fuente: CuentoRelatos

    En primer lugar deseo expresar que todo cuanto voy a narrar es verdad, aunque a veces he deseado que no lo fuera, pero he cambiado nombres para que los inocentes no se perjudiquen y para que los culpables puedan disfrutarlo plenamente. Como yo lo he hecho al escribirlo. Hasta hace dos años mi vida de mujer podría haberse presentado como un ejemplo de las aspiraciones de muchas de mis congéneres y en cierta medida he sido y aun soy, para quienes no conocen mi verdadera historia reciente, una mujer envidiable. Y ello con razones aparentemente bien sobradas. No soy especialmente agraciada físicamente, ni de cuerpo ni de cara, ni soy del tipo por el cual los hombres pudieran enloquecer, es decir soy una mujer común, como la mayoría de las que leen estos relatos que no han de ser sin duda todas enloquecedoramente bellas. Pero sí soy una mujer real. Lo puedo demostrar, puedo enviar a quien me lo solicite a la dirección que daré al final, fotografías mías en diferentes lugares, en eso no tengo problemas, De mi físico rescato mis pechos. Mis senos son bien formados, jóvenes, resistentes, firmes de pezones "hermosos y seductores" como me lo dice Julio que los ha disfrutado a voluntad. Psicológicamente soy una mujer de carácter más bien duro, que trata de ser amable, creo que soy inteligente, pero no brillante. Escribo a esta sección porque creo que aquí existe un grupo, no todo, que podría entender lo que me pasa. Eso me dará la sensación de compartir con alguien lo que estoy ...
    ... viviendo, porque así de cara a cara no me atrevo a compartirlo con nadie. En mi familia se morirían y en mi trabajo daría por tierra con todo mi prestigio. Soy jefa de un departamento de personal en una empresa importante de la capital de un país latinoamericano. Bien.- Todo comenzó una tarde de diciembre de 1998. Estaba en mi oficina luego de un día arduo de trabajo y por vez primera me atreví a entrar con mi PC en uno de esos correos donde se ofrece amistad y oportunidades para interactuar. Así fue que hice contacto con Julio, un hombre de aproximadamente cincuenta años, de un país vecino que me pareció confiable. Todos nuestros primeros mensajes eran muy formales y muy simpáticos y la verdad es que yo me hice en cierta medida dependiente de esos mensajes. Así transcurrieron algunas semanas y la comunicación se tornó cada vez más comprometida, más bien íntima, con detalles que ya no eran simplemente simpáticos sino francamente audaces. La comunicación con Julio me había sacado drásticamente de mis esquemas y yo me desconocía a mí misma porque hablábamos como si fuéramos más que amigos, como si fuéramos amantes, nos besábamos, nos acariciábamos y nos decíamos cosas de alcoba, hasta que llegó un momento en que decidimos conocernos. Julio me había dicho que él era casado, pero a mí ya no me importaba nada. Quedamos de juntarnos en un lugar neutral y ambos debimos viajar cada uno tres horas en avión para encontrarnos en la capital de otro país. No estaríamos en el mismo hotel sino que ...
«1234...7»