Relato 1 - La Azafata - Relatos Eróticos

Relato 1 - La Azafata

... fui llevándolo a lo largo del perineo hasta el otro agujerito en su trasero. Al sentir mi dedo allí, Belén estiró una de las manos para apartarlo, pero yo a su vez la aparté. Insistió y esta vez cedí, en parte porque no quería que Belén perdiese al punto en el que estaba, así que seguí comiéndole el coño, como un poseso. Finalmente, tras unos minutos, Belén me anunció que se estaba corriendo.Seguí hasta que Belén se corrió gimiendo de placer. Entonces, sin darle tiempo a relajarse me incorporé y guiando la polla con una mano la penetré sin meterla del todo y comencé a follarla lentamente, mientras la acariciaba sus pechos. Permanecimos así un buen rato, pero mis rodillas empezaban a acusar la larga permanencia sobre la alfombra, así que le pedí a Belén que se tumbase en el centro de la cama. Una vez allí volví a penetrarla, y esta vez se la metí hasta dentro y de golpe. Belén emitió un grito. Comencé a moverme haciendo rotaciones, para que mi pene explorara todos los rincones de su vagina, lentamente al principio, pero incrementando poco a poco el ritmo. Mientras mi boca y mi legua recorrían su pecho, su cuello, su boca y sus hombros. Al cabo de unos minutos estábamos follando como posesos.Le sugerí a Belén que cambiásemos de posición y se colocase ella encima. Me dijo que le gustaba la idea. Se sentó sobre mí y me besó apasionadamente. Comenzó a restregar su empapado chocho contra mi polla, moviéndose arriba y abajo a lo largo de mi miembro. Era una auténtica delicia. Al ...

... poco, Belén bajó una de sus manos y asió mi pene, lo guió hasta la entrada de su vagina y se empaló literalmente en ella. Empezó a moverse trazando círculos con las caderas. Yo agarré sus tetas y me incorporé para comérselas. Así seguimos hasta que Belén empezó a incrementar el ritmo y follarme arriba y abajo. Solté sus pechos y la agarré las nalgas. Belén me estaba literalmente cabalgando. Uno de mis dedos buscó el agujerito de su trasero y comenzó a rodearlo. Esta vez mi amiga no puso ninguna objeción. Entonces empecé a metérselo poco a poco, tarea difícil teniendo el ritmo que estaba imponiendo Belén en su cabalgada. Al final lo conseguí y empecé a meterlo y sacarlo muy despacio.De repente, Belén se paró. Me miró fijamente y me dijo: “Eres un cerdo”. Por un instante me quedé sorprendido. Después le respondí: “Lo sé. Lo reconozco. Pero reconoce tú también que en el fondo te gusta”. Me miró fijamente, muy seria, pensativa. Contestó: “¿Si me gusta?”, y con una sonrisa añadió “Sí, un poquito sí”. Cambiamos a la anterior posición. La penetré rápidamente Me incorporé apoyándome en los puños. Belén se elevó hacia mí, mientras me rodeaba con sus piernas. Al poco le comuniqué que estaba a punto de explotar. Me pidió que me corriese dentro, porque quería sentir mi esperma inundándole el coño. Le pregunté si estaba tomando pastillas y me contestó que, ”obviamente” sí. Seguí embistiéndola con mi polla hasta que finalmente, mi cuerpo empezó a agitarse y mi cabeza se volvió loca. Me corrí, ...