(18-C) Los amores de Ana Etxeberría - Relatos Eróticos

(18-C) Los amores de Ana Etxeberría

... vencido con un póker de ases. Hay que reconocer la genialidad de Ana. -No me jodas a estas horas, Darío. -¿A qué viene eso? -Tú solo te mueves por dos cosas: sexo y dinero, y yo añadiría un tercero: tu propio beneficio. No te convenía que se visualizara ese video gore donde aparece Ana con la cabeza de cerdo. Y menos que lo tuviese ese inspector de policía. Principalmente porque aparece Cajahueca y sería una prueba irrefutable ante un juicio. -No puedo decir que no. -¿Quién queda viva de ese video? -Pamela Calatayud y Sara Sorolla ya están eliminadas. Dos zorras menos en la vida. -¿Y Marta Capdevilla? ¿La que grababa? -Enterrada en mitad del bosque. Las alimañas habrán hecho su trabajo. -Sólo quedan tres. -Estamos en ello. En una hora dos de ellas pasarán a mejor vida. Esta noche dormiré a gusto. -Tienes de asesino lo que tienes de polla. -Anda, dame esa cámara, fóllate a quien quieras y te largas. El olor a feromonas me da urticaria. -Qué cerdo eres. -Depende de cómo se mire un cerdo oink oink –gruñó como uno. -Me rajaría yo misma antes de follar contigo. -Qué bien suena eso. Raja. Me encanta todo lo que tiene raja y un muslo a cada lado mmmmm parece que os han pegado un hachazo al nacer –rió con ganas. -Misógino de mierda, ¡toma! –le pasó la cámara. -¿Aquí está el video? -No, es un ...

... documental de la BBC sobre la fotosíntesis, claro que sí, joder. -Ahora mismo tengo el mundo en mis manos. -Ana confirma que ese poli es el Elegido Fálico. Tiene la Trinidad Masculina. Poder fálico. Poder eyaculatorio. Y poder de liderazgo. -¿Estáis seguras? No me fío de vosotras ni un pelo. El criterio de una mujer es el criterio de una comadreja. -El vídeo es una prueba. Míralo y ya dirás. -Lo miraré y el consejo dará un dictamen. Hay que reconocerlo pero solo a veces. No solo sois hermosas sino también con cierta inteligencia. Debe ser la inspiración de la que hablaba Einstein. -Me cansa escucharte, Darío. -Pues venga, a follar que de eso sabéis cantidad. -Cabrón… -murmuró Claudia con asco. -Claudia, de rodillas y luego el dinero –exhibió Oscar su polla dura y colgante. -¿Lo ves, nena? El algodón no engaña –la guiñó un ojo Darío. Pese a sentirse humillada y mal, Claudia se arrodilló y procedió al sexo oral. De fondo las risas de Darío acompañaron las chupadas. -Ohhhh, joder… -¿A que es buena? –gozaba Darío. -Buena es poco. -Claudia suele practicar con las piruletas. Claudia le respondió con una peineta de dedo. Esto hizo carcajear a Darío: -Me encanta tener polla. Tú y tú, zorras, arriba de la cama. Ya. Y ambas se subieron seductoras para satisfacer sus necesidades masculinas. ... continuará.