1. El encuentro


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la tibia y húmeda vagina que tenia a mi miembro dentro y busque afanoso la unión de sus labios menores que es donde esta esa llave del paraíso llamada clítoris al encontrarla erecta y rosada urgida de caricias la succione y al tenerla entre mis dientes con una delicadeza digna de un cirujano comencé a lamerlo frenéticamente mientras ella se retorcía de placer gimiendo y diciéndome una serie de alagos que iban desde papá hasta lo mas sublime del lenguaje hablado... En cuestión de unos minutos 2 máximo ella acelero los vaivenes de su pelvis subiendo y bajando rápidamente esta con una fuerza cada ves mayor lo cual me indico sin lugar a dudas que estaba próxima al orgasmo por lo que intensifique mis embates a su clítoris con mi lengua que ocasionalmente introducía en su pequeña entrada vaginal que estaba húmeda y caliente de pronto en un instante ella comenzó a gemir muy fuerte arqueo su espalda tembló todo su cuerpo mojándome con sus líquidos vaginales toda la boca y de inmediato se me adormeció la lengua y los labios quedando su vagina roja, húmeda y temblorosa de inmediato me incorpore abrí ...
    ... sus piernas e introduje mi miembro erecto en su vagina y la ataque brutalmente embistiendo muy fuerte su ser esto produjo una segunda oleada de orgasmos que la hizo vibrar y gemir Pero Yo acalle sus gemidos y sus palabras de excitación besando su boca e introduciendo mi lengua en ella al tiempo que la embestía más rápido próximo a mi propio orgasmo pero ella ya estaba teniendo otro y otro mas, sin notarlo al principio ella empezó a apretarme con su vagina en contracciones que recorrían todo su canal vaginal algo que en el argot de los hombres conocemos como "perrito" ella un poco mas relajada debió darse cuenta de mi excitación y proximidad de mi orgasmo ya que no se como aumento los apretones a mi miembro y tratando de retenerme lo mas posible me abraso con sus piernas alrededor de mi agitándose con mas fuerza y sin poderme contener llegue a mi orgasmo dejándome llevar por sus caricias nos quedamos con las piernas entrelazadas como un nudo y nos rendimos al cansancio uno sobre el otro, al abrir mis ojos ella los abrio también y me susurro al oido suavemente –"te desearé el resto de mi vida"... 
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