1. La historia de Soraya (Peli)


    Fecha: 22/07/2019, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: gantz265, Fuente: xHamster

    ... siguientes cuatro días los pase encerrada en casa, esperando que sonara la puerta en cualquier momento y viniera la policía a llevarme presa. Al cuarto día mi antiguo patrón me llamo y me cito en su oficina para el jueves (jamas olvidare ese fatídico día). Y yo, por supuesto, me desplace para ir a verle al centro de la ciudad.En cuanto nos quedamos a solas en su gran despacho me sentó en una de las sillas y se acomodo en su enorme butaca. Me miro fijamente a los ojos y me dijo que no me había denunciado a la policía... ni tan siquiera le había dicho a su esposa lo sucedido. A ella le había contado que yo me había ido por propia voluntad buscando un empleo mejor.Acto seguido, y sin que aun hubiera asumido la grata noticia, me dijo que necesitaba una secretaria... y que había pensado en mi para desempeñar el cargo. Como comprenderán me quede de una pieza al oírlo. No atinaba a reaccionar, y solo supe preguntarle que porque. Él, como siempre, fue directo al grano. Me dijo que no solo estaba dispuesto a olvidar lo sucedido, sino a proporcionarme un empleo con un mejor horario y muchisimo mejor remunerado si aceptaba el puesto... y algunas normas "extras" aparte.No hacia falta ser adivino para saber a que se refería, pero no pude evitar el preguntarle sobre esas normas "extras"... y él, sonriendo cínicamente, me lo dijo bien claro.. SEXO. Me dio hasta el lunes para meditar su propuesta y me fui de allí con la cara roja como un tomate.. y la cabeza dándome vueltas. Esos días ...
    ... apenas comí ni dormí... pero al final acepte su propuesta mintiendo a mi marido... y metiéndome de lleno en una nueva vida.Capitulo 2Mi jefe, al que llamaremos Don Luis, es un empresario que viaja mucho por España, es moreno, fuerte, alto (mide 1´85) y tiene buena presencia. Eso, unido a su bella esposa y a sus hijos hacia que me planteara una y otra vez el porque... ¿por qué a mi?.Los primeros días se limitaba a mirarme, enseñándome mi nuevo oficio (el cual aprendí con mucha mas facilidad de lo que ambos habíamos supuesto) y portándose de un modo tan cordial y ameno que a menudo olvidaba que mi contrato tenia cláusulas no escritas. Pero ya se encargo Don Luis de recordármelas en cuanto me amolde a la oficina.Las primeras veces fueron solo palmaditas en las nalgas y roces bastante evidentes, de esos que supongo que la mayoría de las empleadas a recibido alguna que otra vez, pero cuando se dio cuenta de que yo aceptaba sumisa mi papel la cosa fue subiendo a mas. Empezó por decirme que mi vestuario no era el mas apropiado para la labor que debía realizar, y yo, abochornada, pues sabia que no podía permitirme un vestuario mejor, no supe que decirle... menos aun cuando a renglón seguido saco del armario unas cajas con una camisa de seda y una falda nuevas. Era ropa de boutique, cara y selecta, de esa que veía llevar a otras chicas empleadas de la oficina y suspiraba por poderme comprar.Antes de que pudiera agradecerle a Don Luis el inesperado detalle me dijo cual era el precio a pagar ...
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