1. Los chicos de la comparsa


    Fecha: 08/08/2019, Categorías: Dominación Autor: diosapuerca, Fuente: CuentoRelatos

    Integrando una comparsa de samba de carnaval, un grupo de chicas nos complotamos para aprovecharnos de la calentura que por nosotras tenían unos de los chicos de la batería. Algo menores que nosotras, aquellos chicos eran unos verdaderos bomboncitos masculinos, pero dueños de una "burrez" asombrosa. Nosotras, bailarinas de la comparsa y dueñas de esculturales figuras, los teníamos por demás calientes, y día a día aquellos chicos hervían más y más por nosotras. Entonces, fue cuando un día, nos reunimos aparte siete chicas, y cocinando entre todas nosotras un plan bien cochino, decidimos capturar a aquellos siete chicos que estaban ardiendo por nosotras, y agarrarlos para divertirnos con ellos. Ellos, que eran sólo calentura pura y nada de inteligencia, resultaron fácil presa para nosotras. Los llamamos aparte para hablarles y proponerles formar un grupito para tener sexo orgiástico, y entraron como caballos los muy animalitos!!! Obviamente que les pusimos condiciones donde nosotras seríamos las dominantes absolutas si ellos querían tener sexo con nosotras, y sin pestañar, aceptaron absolutamente todo... todo-todito. ¡Jajaja!!! Nosotras, éramos muchachas con más de veinte años todas, pero ellos, eran chicos de 18 apenas. Comenzamos aquellas primeras orgías sumergiéndolos en avalanchas de placeres que los volvíamos como locos de placer haciéndoles sentir unos orgasmos de mil maneras distintas y disfrutando también nosotras de aquellas virilidades que en ellos eran como de ...
    ... bestias más que de humanos. Eso, mas todavía nos encendió a todas en ese deseo cochino por aprovecharnos de sus inexperiencias, y todas nos divertíamos haciéndoles cualquier cosa que ellos -dada la condición que les habíamos previamente impuesto-, debían aceptar si querían seguir gozando de aquella cosa. Aceptaban... ¡todo! Solíamos montarlos completamente desnudos y pasear acaballadas en ellos hasta cansarlos bien cansados para luego hacerles el amor así bien agotados haciéndolos sentir de esa manera orgasmos más atroces, y aquellos chicos eran juguete de nosotras. Los hacíamos lamernos los pies, la concha y el culo, axilas, tetas y cuerpo entero, y cada vez más, más y más aquello seguía esa vorágine donde los teníamos a nuestros pies. En los ensayos astutamente los encendíamos atrozmente moviéndonos de manera que los excitábamos inmensamente, para luego salir con ellos hacia esas orgías donde nos divertíamos como puercas con sus calenturas de chicos bestias. Nos tragábamos sus inmensas vergotas y les devorábamos sus ríos de leche que nos acababan como caballos, y cada vez, los abusos de nosotras sobre ellos, crecían más, más y más. Tanto, que un día nos protestaron y se armó entre nosotras y ellos cierta discusión, pero hábilmente supimos controlar las cosas, convenciéndolos para que aceptaran las cosas como eran, y aunque a regañadientes lo aceptaron, quedó aquello como antecedente. Nos enteramos después que ellos habían estado comentando que nosotras éramos demasiado abusadoras ...
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