1. Una tarde por un café


    Fecha: 08/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gemma, Fuente: CuentoRelatos

    ... sensaciones que me excitaron todavía más de lo que estaba. Dejó de besarme y de la mano me condujo a la cama. Se tumbó mientras me pedía que me desnudara. Me quedé de pie delante de él observando cómo se acariciaba el pene por encima del pantalón. -Quítatelo tu primero -le dije. Me sonrió e incorporándose levemente se lo bajo tirándolo hacia una esquina de la habitación. No sé donde cayó porque mis ojos sólo se fijaron en el objeto recién liberado que ya había alcanzado toda su longitud. No era muy gruesa, pero si tenía una buena dimensión: "vaya, vaya lo que tenemos por aquí" dije mientras él se reía. Dirigí mis manos por debajo de mi camiseta hasta mi espalda, mientras me desabrochaba el sujetador localicé donde había ido a parar su pantalón y lancé mi sujetador en la misma dirección. A continuación, lentamente subí la camiseta mientras me acercaba hacia él. Antes de terminar de quitármela sentí su boca recorriendo la zona entre mis pechos. Se desvió hacia uno de ellos mientras que acariciaba el otro con la mano. Mis dos pezones reaccionaron de inmediato, uno por la saliva y otro por el contacto de su piel. Volví a gemir. Hubiera dejado que me los acariciara toda la tarde pero ambos queríamos más. Me separé para quitarme la braguita, que dejé detrás de mí cuando me volví a acercar a la cama. Ahora el escozor del muslo había pasado a otro lado. Me arrodillé entre sus piernas mientras él seguía acariciándose el pene, casi en forma de masturbación. Llevé mi mano hacia sus ...
    ... testículos mientras él continuaba, para casi inmediatamente cambiar su mano por la mía. Me excitó sentir el calor de su polla entre la palma de mi mano. Me mojó el flujo que salía de ella. Apenas la acaricié: solo la sentí. Cerró las piernas mientras yo me colocaba dejándolas entre las mías. Me agaché hacia su pecho sin soltar su pene, que sujetaba por debajo del glande acariciándolo levemente hacia arriba. Mi lengua recorrió uno de sus pezones que también reaccionó como antes lo habían hecho los míos. Bajé por su vientre haciéndole gemir y retorcerse ante un espasmo y por fin mi lengua llegó a su destino. La apoyé sobre la punta, rodeándola mientras iba introduciéndomela. Mis labios la acariciaron mientras entraba dentro de mi boca. Abrí un poco más para alcanzar la piel que cubría el glande y comencé suavemente a sacarla. Repetí un poco más deprisa, intentando meterla un poco más adentro, aunque sin poder conseguirlo. Su olor se convirtió en el olor de mi saliva. Sin sacar su polla de mi boca me giré y ahora dejé su cabeza entre mis piernas. Rápidamente entendió mi gesto y sentí su lengua en la parte baja de mis nalgas: casi en la entrada de mi vagina. Esa sensación me hizo incrementar un poco el ritmo. Apoyé mis brazos sobre el colchón y comencé a masturbarlo sólo con mis labios. Mientras sus dedos abrían mis labios vaginales y su lengua se llenaba de mi sabor, yo sacaba su polla y la lamía hasta los testículos mientras nuestros gemidos se cruzaban. Mi boca lo volvía a acoger ...