1. tia julia


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: spymywife80, Fuente: xHamster

    ... pesada carga. Me contó que por las noches salía a bares de ambiente e incluso a veces actuaba en algunos clubs como dragqueen. Tenía un apartamento para mantener sus relaciones extraconyugales y en algunas ocasiones le había propuesto compartir algunos de sus amantes con ella, pero siempre se había negado. Las pocas veces que habían tenido relaciones había sido buscando el embarazo de mi tía, pero sin éxito. Mientras me contaba todas estas cosas una gran tristeza se fue apoderando de ella, una tristeza amarga y profunda. Abrí la cama, le quité la fina bata y la invité a entrar en ella. La tapé con la sábana y la ligera colcha y me acabé de desnudar para meterme dentro. La coloqué de espaldas a mí y abrazándola fuerte por detrás me pegué a ella haciéndola sentir mi joven virilidad en su hermoso trasero. Comencé besándole el cuello, los hombros y continué por la espalda. Los besos se alternaban con suaves bocados a través de los cuales le transmitía mis deseos más profundos.Ella respondía a mis caricias con graciosos respingos de placer. Mis manos, rodeando su cuerpo jugaban con sus tersos pechos. Sus pezones se pusieron erectos como tetinas de biberón . Rodeando su cuerpo me enganché a uno de sus pezones y lo sorbí durante un buen rato, ella dócilmente se dejaba hacer. Volví a jugar con su espalda cuando ella, por entre sus piernas cogió mi pene y se lo colocó sobre su vulva y lo apretó con sus muslos. Durante unos momentos acompasamos la respiración, viviendo una sensación ...
    ... de muchísima proximidad. Estábamos echados del costado derecho y abrí sus piernas tirando hacia atrás de su muslo izquierdo hasta que lo coloqué sobre mi cadera izquierda. Con la mano izquierda acaricié su vulva, abriéndole sus húmedos labios. Con mi saliva humedecí mi mano para que el tacto en tan sensible lugar fuese más suave. Dediqué unos instantes a acariciarle el clítoris mediante un tacto húmedo, suave y decidido y ella respondía acompañando con su cuerpo mis movimientos y exhalando retenidos gemidos de placer. En esa posición abierta, humedecí con mi saliva la punta de la excitada verga y la coloqué en la entrada de su vagina. Ella dándose cuenta de mis intenciones, me retiró la mano y fue ella la que humedeciendo sus manos en saliva me embadurnó el pene de arriba a abajo. Cuando el suave tacto de sus manos recorría la punta de mi verga, el placer se me hacía casi insoportable. Una vez consideró que su juguete estaba sobradamente impregnado, se lo colocó en la entrada de su ansiada gruta. Coronó mi excitado glande en su abertura y suavemente fui empujando con la pelvis para que el fabuloso miembro encajara en su confortable vaina. Mi tía se contrajo con violencia, la penetración la estaba dañando y me pidió que no empujase. A pesar de la gran humedad que tenían nuestros órganos, la penetración no era sencilla. Mi tía me dijo que igual era la primera vez, yo pensé que eso era imposible, antes me había dicho que había tenido relaciones con mi tío. Me confesó que el pene ...
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