1. No hay como una mujer-hombre para darle a una placer


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Transexuales Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    ... su primer hijo. Yo me hallaba en una espiral de autodestrucción, comencé a tomar cervezas y fumar y aprendí después de follar con un viejo que era del vecindario a sacarle dinero a los adultos a cambio de mi culo. Papá nos dejó por una tipa y mamá tuvo que enfrentarse solo con la ayuda de la abuela a la situación y trabajar de enfermera, ya que eso hacía antes de casarse. A veces papá llegaba a la ciudad y se enojaba conmigo por mi evidente feminización, no me pegaba pero me hería con sus comentarios, mamá se resignó a mi “jotería” pero sospecho que era también porque yo aportaba algo de dinero obtenido vendiéndome a ciertos tipos mayores. Más o menos sucedía así. Yo me vestía lo más femenina y puta posible y salía por las tardes casi obscureciendo a la avenida que entonces era una carretera que va a Puebla. No faltaba un camionero, taxistas y hasta policías que al verme así jovencita, guapa y muy nena me abordaran y me preguntaran que cuánto $$$ cobraba. Me iba con ellos, sin miedo porque entonces la ciudad era muy pacífica. Como mi madre era enfermera mi hermana disponía de hormonas para evitar otro posible embarazo y comencé a tomarlas, era muy joven y los efectos se empezaron a notar, mi pene no creció como el de los demás amigos, me brotaron dos tetas de mujer y se me redondeó el culo, mis facciones se hicieron más femeninas, mamá sabía que tomaba hormonas en grandes dosis y de los peligros que ello implicaba por lo que consultó con un compañero del trabajo que aceptó ...
    ... revisarme y me prescribió antiandrógenos y hormonas en dosis calculadas. Ya rara vez usaba ropa de hombre y casi siempre usaba pantalones vaqueros entallados de los de la época, blusitas y brasier diariamente, me fascinan las pantaletas, las minifaldas y los pendientes, ¡Ah, también las pulseras de fantasía y anillitos. Cada día me veía más mujercita, más femenina, más mujer y a veces odiaba mi pene anhelando tener una vagina que les pudiera dar a los hombres, pero eran otros tiempos y ni soñar de la reasignación sexual, poco a poco fui aceptando que mi pene era importante para mi placer, de hecho estuve y he estado muchas veces con mujeres y han gozado de mi doble condición, no me niego a estar con una dama pues obtengo mucho placer de ellas pero, lo mío es ser ensartada por un pene duro y viril por el ano, me encantan todo tipo de posiciones sexuales y se hacer gozar al macho hasta satisfacerlo plenamente, también he estado en la cama y hasta en despoblados y lugares inimaginables con otros travestis, transgéneros, aunque nunca con una transexual porque no he tenido esa oportunidad. Cierta vez conocí en un supermercado una chica un poco rara, al principio pensé que era una lesbiana y me invitó a salir a tomar una copa, aunque fuimos a un café, creí que me estaba seduciendo sin saber que era yo una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, la cosa fue de lo más normal, así salimos un par de veces más y me pidió que quería estar a solas conmigo, le tuve que decir la verdad, ...