1. Bajo el cielo de Siberia (3)


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... aldea, a Ipatov, los dos se presentaron al presidente del Soviet Local, el alcalde del lugar, podría decirse, diciendo que eran campesinos pobres, sin tierra, y hambrientos… Y que querían trabajar, ganarse el pan…Les miraron como se mira a un animal que se va a comprar, caballo, asno, mula… El examen duró poco y pareció convincente, pues enseguida les asignaron una casa donde vivir que, en verdad, no era sino una pequeña graja, gallinas, patos, conejos, una vaca con su ternero y unos cerdos, dos machos jóvenes listos para el sacrificio en los próximos hielos y una hembra con su camada, ocho lechones creciditos ya… Y los imprescindibles asnos, mulos o bueyes de tiro y laboreo, con ventaja, en este caso, a un par de bueyes y una mula con trazas de caballo, que más parecía de monta que animal de tiro. Y un trozo de tierra, poca cosa, algo menos de una hectárea.(3) Pero lo de meterse en la cama también tuvo su intríngulis; veamos. Ellos, desde que él la acogiera a ella allá en el camino al pueblo ese con aspiraciones de ciudad, cuando expulsaran a Nadezhda de la mansión de los Boronsov, habían hecho todo a medias; entre ellos nunca existió el “Tú” ni el “Yo”, sino, siempre, el “Nosotros”; eran una pareja y como tal pensaban siempre, lo conveniente para ambos no para él ni para ella, en solitario; sí eran, se comportaban, como si constituyeran una pareja, excepto como pareja sexual, conyugal. Y lo grande del asunto, era que los dos se querían, se amaban y deseaban, pero ...
    ... ninguno de ambos se atrevía a dar el paso, a decirle al otro: “Te quiero, te amo, y deseo que seas mía/mío”… Lampaban los dos por ello, pero los dos guardaban silencio al respecto, sin atreverse a nada… Pero en aquella noche cambió todo; la casa que les dieron era una típica casa rural rusa, una “isba”, hecha de troncos de árbol y con una sola habitación aunque amplia, de unos setenta metros cuadrados, con la clásica estufa u horno rural ruso como centro de atención de toda la estancia, algo que si ni ce ve, aunque sólo sea en foto, no se podría creer, pues lo mismo es fuente de calor para toda la casa, cocina u horno, cama y hasta bañera de sus ocupantes(4). Fue al llegar la noche, con un Aleksei hecho manojo de nervios, que ni siquiera dónde poner los ojos encontraba, de vergonzoso ante ella. Al fin, con esa voz insegura, un tanto atiplada, que suele ponérsenos ante situaciones más o menos comprometidas, dijo, señalando una banca adosada a la pared, junto a la amplia mesa que presidía la estancia Bueno, pues yo dormiré aquí, y tú en la cama, tranquilamente Nadia quedó un instante en silencio; luego, toda ruborosa, con los ojos fijos en el suelo, dijo o respondió Y… ¿Por qué no los dos juntos…en la cama?... Y Aleksei, al oírla, y sin casi que valga, se atragantó; se puso rojo bermellón, casi, casi, amoratado y balbuciendo en un hilillo de voz, más que hablando, repuso ¿Estás segura de querer eso?... Porque Nadia; soy un hombre, ¿entiendes?... Nadezhda, entonces, rojo fuego sus ...
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