1. Mal lugar para detenerse


    Fecha: 12/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... por detrás a Anita y sin decir palabra la tomó por las caderas y de repente se hundió en ella, con bastante brutalidad, sin piedad.Pude ver que mi esposa abría la boca para gritar, pero no pudo exhalar un solo sonido.Su atacante permaneció unos segundos quieto y luego comenzó a bombear e manera furiosa, hacienda que mi dulce Ana se pusiera en puntas de pie con cada embestida.“Tenías razón, Willy… tiene la concha bien caliente… y muy apretada…”El tal Willy sonrió y me miró con sorna, mientras su amigo seguía bombeando furiosamente a mi esposa desde atrás.Desde el suelo podía ver la cara de Ana reflejada en los espejos. Ya parecía que el dolor inicial había dado paso al placer, porque ya no se quejaba, sino que ahora suspiraba y gemía suavemente…De repente el tipo que estaba cogiendo a mi mujercita se quedó quieto y gruñó como un oso salvaje, demostrando que estaba vaciándose dentro de la delicada vagina de mi esposa.Se apoyó sobre la espalda de ella y le besó la nuca, diciéndole algo al oído que no pude alcanzar a oír…Luego se salió del cuerpo de mi esposa y le cedió el turno a su amigo.Willy me miró mientras sacaba a relucir su tremenda verga. Era realmente enorme y supe que esta vez Ana iba a sufrir un poco más.El tipo se ubicó detrás de mi esposa y se volvió hacia mí:“Le das por el culo a la ...
    ... putita de tu mujercita? Me preguntó sonriendo.Antes de que yo reaccionara para responderle, ella suspiró suavemente, diciendo que sí…Willy se largó a reír a carcajadas y, frente a mi cara de terror, me dijo que la cogería por la concha, ya que su amigo Daniel la había dejado lista…Tomó a Anita por la cintura y sin piedad le enterró esa enorme verga en su humedecida concha, en una sola embestida. Esta vez mi mujercita aulló de dolor y no dejó de hacerlo durante las salvajes embestidas que le pegó ese hijo de puta durante un buen rato.Finalmente el tipo también acabó en esa delicada vagina.Ana había sufrido bastante con el embate de esas dos vergas y pude darme cuenta de que ella no había podido acabar, a pesar de que algo de placer le habían provocado entre ambos.Los dos hombres salieron del baño sin decir una palabra. Yo estaba inmovilizado en el suelo y Anita seguía reclinada sobre el lavatorio. Podía ver el semen de esos dos hijos de puta deslizándose entre sus muslos, manchando sus calzas todavía arrolladas en sus rodillas.Le pregunté si se encontraba bien. Ella suspiró y contestó que estaba muy dolorida, porque ambos hombres la habían cogido de manera brutal.Pero también se puso a llorar y me pidió perdón… porque dijo que esas enormes vergas la habían hecho gozar como una verdadera perra… 
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