1. Una de Romanos


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Hetero Autor: zipoton, Fuente: RelatosEróticos

    ... jugosa, vello púbico también rubio, pero de un tono mucho más oscuro que su melena. Esa visión hizo que Mesala perdiese la noción del lugar y propósito en el que se encontraba y se relajase como nunca lo había estado en presencia del dómine y sus invitados. Después del banquete, llegó el tiempo de los divertimentos y el dómine se levantó y comenzó a pasearse y observar a sus esclavos, súbditos y empleados. A Mesala le volvió el terror. - “Hijo mío, como reconocimiento y gratitud por tu vuelta, te ofrezco a cualquiera de los presentes para que te diviertas como quieras.” ¡El invitado era Marco Tulio, vuelto de su voluntario exilio! A Mesala se le aceleró el corazón cuando Marco Tulio se le acercó y dijo: - “elijo a esta joven para llevármela a mis aposentos”. Mesala pudo observar la hombría de Marco Tulio nada más llegar al cuarto reservado para él, pues se despojó de inmediato de su escaso ropaje. Ya estaba en un estado más excitado, gran parte de su glande sobresalía de sus carnes, y cada vez le parecía más bonito. Mesala estaba paralizada entre su sorpresa por la identidad del personaje y su evidente deseo de fornicar salvajemente con el macho que tenía enfrente. -“Llevo años deseando compensarte por aquel terrible primer encuentro”, dijo Marco Tulio mientras quitaba a Mesala su túnica y dejaba al descubierto todo su joven cuerpo. El hecho de que se acordase de ella y quisiera volver a follarla hizo que Mesala casi tuviese un orgasmo, tal era su excitación. Dada la ...
    ... diferencia de tamaños y pesos, para Marco Tulio fue fácil levantar a Mesala cogiéndola por detrás de sus rodillas hasta sentarla sobre sus fuertes y bronceados hombros. La para entonces muy húmeda vagina de Mesala quedaba justo delante de la boca de Marco Tulio, que había subido sus manos hasta coger fuertemente los pechos de Mesala. Hacían fuerte contraste el cuerpo curtido y bronceado de él con la suave blancura del de ella. Marco Tulio hundió su lengua sobre los labios vaginales de Mesala y se iba abriendo paso poco a poco hasta legar a los recovecos más profundos de su intimidad. Mesala no podía imaginar que tanto placer fuera posible con la única herramienta de su oponente. Marco Tulio abrió las piernas de Mesala y la dejó resbalar pegada a su cuerpo, pecho contra pecho hasta llegar a una postura en la que fácilmente, el pene ya plenamente erecto de él entró sin dificultad y de golpe en las profundidades de ella. Mesala tenía la sensación de que todo su cuerpo pendía únicamente del miembro eréctil de Marco Tulio. No hicieron falta muchas envestidas para que los dos llegasen a un orgasmo brutal. Mesala sintió dentro de sí los fuertes chorros de esperma que salían de Marco Tulio como si quisieran ellos también excitar zonas aún más recónditas de su cuerpo a las que no hubiese llegado su pene. Se sintió como deben sentirse los Dioses. Una vez acabado ese primer embate, Marco Tulio posó a Mesala en el suelo, de pie, se agachó y comenzó a lamer su vagina, aún con toda la mezcla de ...