1. Rompeme en pedazos - 3


    Fecha: 13/08/2019, Categorías: Incesto Autor: ViejitoMalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cerrando ambos los ojos nos besemos con pasión… Si te digo que no me canso de ver que a tus poco más de 30 años tenés un cuerpo hermoso, bien musculado (mantenido con tus diarias carreras y ejercicios de todo tipo en el gimnasio que tenés en casa) y una hermosa y descomunal verga, porque te he espiado en silencio cuando la reventabas a mamá, en medio de sus gritos, me matás por espiarte, y si te enterás que sueño con esa verga enterrada en mi orto, me matás por puto… Y lo peor de todo, si te llegabas a enterar que te miro el culo cada vez que puedo, estés vestido o en bolas, y que no hago más que desearlo e imaginar cómo será la textura de tu recto por dentro, cuando lo recorra mi verga… ¡Dios mío!, ¿de dónde mierda saqué yo estos gustos? ¿cómo se me va a ocurrir desear cogerme un tipo que no sólo es mi papá, sino que lo único que hace es – según lo que se dice en todo el pueblo - cogerse mina tras mina? Sea como sea, me vas a matar. ¿Cómo mierda hago para hablar esto con vos? ¿Cómo hago para contarte todo, para revelarte mi secreto, y mis deseos? Vivimos los tres solos, y así como estamos, estamos bien. ¿Y si hablo esto con vos y te asqueás conmigo?, ¿y si me echás de casa, por no querer tener en ella a un “marica”?, ¿sería mejor que me callara la boca, y que siguiera matándome a pajas, fantaseando con vos? ¿Cómo hago, cómo hago?” Agarré la maquinita de afeitar que tengo en la bañera, para realizar mi rutina de todas las mañanas. “Por las dudas”, pensé, y empecé a ...
    ... pasármela sobre mi cuerpo enjabonado, “Nunca se sabe”, pensé, mientras me la pasaba por los brazos, el pecho, las axilas, el vientre, el pubis, los huevos y la pija, para que estuvieran lisitos y lustrosos, por si algún día te golpeaba un rayo mientras hacías tus ejercicios matinales, y al volver a casa me mirabas, me arrancabas la ropa, y hacías un desastre conmigo, mientras yo te decía “sí, sí, sí papá, sí, por fin. Haceme tuyo, como siempre deseé”. Seguí pasando la maquinita por mis piernas hasta que no quedó ni un solo pelo, imaginando una escena tras otra de mi "violación", que para eso sí que soy bueno. Cerré la ducha, y mientras agarraba mi toallón para secarme, escuché el clásico portazo que dabas cuando te ibas a correr. Suspiré como si fuera una chica y me paré frente al gran espejo del botiquín. “Ahí estás”… Un joven adolescente, con el pelo rubio, lacio y largo, en mis 15 años, con un cuerpo que – ahora depilado – se muestra no tanto musculoso, sino armonioso. Es un cuerpo con los pechos algo hinchados y pezones gorditos, piernas largas y estilizadas y un culito redondo, bien paradito (¡bien de puto, bah!, ideal para ser besado y acariciado, tal como ya había ocurridos con dos o tres chicos que me volteé, y que estaban sacados por manoseármelo… Sergio y, algún tiempo antes, Rubén, a quienes les rompí el culo (¡Bah!, es un decir, porque los dos lo tenían ya bien abierto), y que después de dejarse coger por mí quisieron mi culo, y me dejaron tan profundamente insatisfecho… ...
«1234...7»