1. Rompeme en pedazos - 3


    Fecha: 13/08/2019, Categorías: Incesto Autor: ViejitoMalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Tan con ganas de más. Tan sin completar en mis propias fantasías, en mis deseos más íntimos… Sergio hasta se mató de risa sin entender nada de nada cuando le pedí que mientras me cogía también me nalgueara, porque "me lo merecía"… ¡Un pobre idiota, al fin de cuentas! De esos, muchos lamentablemente, que están convencidos que “coger” es simplemente rascar y echarse un polvo… Hacía ya algún tiempo que, incompleto e insatisfecho en mis relaciones, venía fantaseando con vos. Dabas vueltas en mi mente papá, y muy secretamente en mi corazón… Estaba enamorado de vos, papá, pero si hasta yo mismo tenía miedo de reconocerlo y hablar con vos, ¿cómo hacer para seducirte? Sea como fuere, cada vez que podía, y sin que te dieras cuenta, no hacía más que mirarte y mirarte, cuando nadabas en nuestra piscina, o cuando hachabas leña para las estufas, mostrándome sin darte cuenta ese montón de férreos y sudorosos músculos, sabiendo y teniendo perfectamente en claro que sólo vos ibas a ser el primero que – de verdad, y entendiendo cabalmente lo profundo de mis verdaderas necesidades - martirizaras cruel y salvajemente mi cuerpo, primero, y horadaras, partieras y rompieras mi culo después, porque sólo vos estabas en mis fantasías, papá. Vos, tu cara, tus músculos, y tu maravillosa verga. En mis fantasías sos mi dueño, papá. Y como dueño que sos de mí, podés hacer con mi cuerpo lo que quieras, lo peor que se te pueda ocurrir, lo más dañino y malvado… Porque yo ya te habré contado cuánto ...
    ... disfruto cuando vos me azotás y golpeás, cuando me maltratás, cuando me insultás, cuando me escupís, cuando me meás… Y también cuando me desollás por dentro el culo, con esa bestia que tenés colgando entre las piernas. Y también cuando me hacés el amor, con todo el cariño del mundo, con toda la suavidad y ternura que se pueda esperar de alguien que tiene una pija que es como mi antebrazo. ¡Cuánto quisiera que me cojas! Cogerme… Poseerme… Penetrarme… Apropiarte de mí…Llenarme… Lastimarme… Marcarme… Decirme en el oído, mientras me besás la nuca y me abrazás por la espalda, teniéndome atado a un poste e inmóvil, mientras tu hierro de marcar ganado se calienta lentamente en un brasero hasta ponerse al rojo: “¡Sos mío, y por eso te voy a hacer esto!”... Giré mi cuerpo frente al espejo hasta quedar algo de espaldas a él para mirar mis nalgas. Me pasé las manos por ellas, y ahí sí que no hacía falta la maquinita: eran suaves, redondas y tersas. "¿Te gustaría marcarme aquí, papi, o preferirías otro lugar que quede más a la vista?"…) Seguí el recorrido hasta mi ojete, y ahí palpé algunos pelitos. Miré dentro del botiquín, y encontré lo que buscaba: una pincita de depilar. Me senté en el borde de la bañera, y mientras con la mano izquierda buscaba al tacto los pelitos en mi culo, cuando los encontraba los tomaba con la pincita, y tiraba de ellos… No. Fuerte y de un tirón, no, qué va... Tiraba de cada uno de ellos con exasperante lentitud, hasta que se me saltaban las lágrimas. ¡Soy un perro ...
«1234...7»