1. Los amigos de mi mujer (3) Hugo


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... producir ningún dolor, el vibrador penetró hasta quedar completamente dentro de mi culo. Marta comenzó a mamar mi verga, variando a cada poco la forma de hacerlo, mientras su mano derecha dirigía las entradas y salidas de Manolín. Su boca se tragaba toda la verga, hasta notar que mi glande tocaba su garganta, para después, tomar sólo el capullo, y aplicar sobre él unos potentes chupetones, que me hacían estremecer de gusto, a continuación recorría con su lengua todo el contorno del capullo, insistiendo sobre las terminaciones nerviosas del mismo, cosa que mi cuerpo agradecía con continuos espasmos de placer. De vez en cuando, dejaba caer una serie de besitos por mis ingles, hasta alcanzar los testículos, los cuales engullía alternativamente, para allí, acariciarlos con su lengua muy suavemente… Mis dedos acariciaban su clítoris, y entraban dentro de su vagina, para nuevamente regresar a su clítoris, impregnados de su jugo amoroso. Era como un manantial de amor, que se mantenía pleno de jugos. Sus caderas acompañaban mis manipulaciones, mostrándome como le gustaba lo que le estaba haciendo, al mismo tiempo que su boca, y sus manos, presas de los momentáneos arrebatos de gusto, redoblaban sus maniobras sobre mi pene y en mi agujero… Desde luego, nunca antes había recibido semejante "castigo". Ni en mis mejores sueños, habría podido imaginar el placer, que la faena de Marta me estaba proporcionando. Por un lado, estaba mi placer físico. Este placer estaba matizado de nuevas ...
    ... sensaciones. Mi ano, hasta entonces virgen, resultó ser un receptor magnífico de estas caricias, pues me estaba gustando... y mucho… Pero, por otro, estaba el morbo de ver a Marta en semejante faena. Ella nunca antes había osado ni siquiera tocar mi agujero. Ahora me daba cuenta, de que había sido inconscientemente excluido de nuestras zonas erógenas, sin ni siquiera haberlo hablado… La novedad de las caricias, la excitación de Marta, todas estas cosas que ahora, en nuestro lecho, se habían dado cita, hicieron que mi excitación alcanzara límites insospechados. Retiré la mano de Marta, que se mantenía asida a mi tranca, y, con mi mano abierta, sobre su cabeza, empujé a Marta sobre mi falo, haciendo que le entrara hasta la garganta, y así le mantuve, mientras di varias sacudidas de riñones, que hicieron que mi pene disfrutara de toda la profundidad que la boca de Marta podía ofrecer. Los muslos de Marta, se cerraron sobre mi muñeca, y su respiración se agitó notablemente. Se estaba corriendo. Tan sólo con mis dedos en su chochito, pero, eso sí, con mi pene completamente hundido, en las profundidades de su boca. Tan profundo, como lo estaba Manolín en mi culo… Me dejé ir… Apreté la cabeza de Marta. -¡Ummfffff!- Me atropelló mi orgasmo. Tan fuerte lo sentí... que temí haberle hecho daño en la boca. Porque le llené la boca de semen caliente, desde lo más profundo, hasta sus labios Dejó escapar mi pene, y un borbotón de semen escapó de su boca y cayó sobre mi vientre, pues le costaba ...
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