1. La pertenencia (26): La familia


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Dominación Autor: ibarra.heber, Fuente: CuentoRelatos

    ... las manos suaves, el trabajo manual en su infancia no fue tan intenso y se había cuidado, la alimentación y sin vicios tóxicos. Manos suaves para pasarlas por mi piel, sin acaparar mi cuerpo, sólo para que sienta lo agradable de su mano moviéndose. Sus rodillas flectadas tocaban mis pantorrillas, destacando su suavidad. Esa ropa interior le quedaba muy bien, no se le escapaba la calidad, aunque seguramente había buscado el consejo una buena vendedora. "Vamos mi mamoncita, ya me está dando frío, vamos a la cama. Ahí te voy a seguir usando, estás muy rica para usarte esta noche." Se paró y se sacó los zapatos y la ropa interior mientras yo me acostaba para recibirla bajo las frazadas. Le daba vueltas a mi lado, una hermosa manera de sentir su piel, moviéndose a la velocidad precisa para apreciar el roce de sus pezones oscuros, las delicadas curvas de sus glúteos, toda esa piel, piel morena y suave, piel de mi pertenencia, una de sus mejores funciones, ser sentida en su piel, mi falo deslizándose alrededor de su piel, degustando lo mío. "Está noche no eres mi puta barata. Eres una puta de buen nivel. Sabes complacer tan bien que los hombres quieren hacerte regalos caros, aspirando a comprarte para su uso exclusivo, pero tú no quieres venderte así, tú vendes tu cuerpo pero no vendes el gusto de ser deseada por varios hombres de esa manera. Una reina puta. Una puta reina." Me ...
    ... gustaba más escalar su excitación con palabras que con estimulación táctil. "Estaría orgullosa de que ganes harta plata vendiendo mi cuerpo. O vendiendo mi amor?" "¿Tú amor está a la venta?" "Si tú lo quieres vender, por supuesto que sí. De hecho, me estoy enamorando de Felipe?" "Como siempre, sabes lo que quiero antes de que lo diga." "Yo lo puedo amar apasionadamente, con un amor sincero. No entenderían, pero es verdad. Es mentira eso de que el amor no se puede controlar. ¿Cómo yo puedo? Tengo maripositas en la panza y siento que quiero estar con él. Lo único más importante que estar con él es que tú me uses." No dejaba de mantener mi erección con su hábil manipulación mientras conversábamos. "¿Y yo? ¿No me amas a mí? ¿Puedes amar a dos personas a la vez?" "Podría, por supuesto que sí, cualquier cosa por ti." Nos reímos un poco. Tenía que hacer algo parecido de nuevo, pero sin repetir. "Tú sabes que a ti no te amo. Todos dirían que sí, pero no. Lo que me pasa contigo es diferente. Es como una alegría profunda de ser tuya, es cumplir el sentido de mi vida. Para eso existo, para ser tuya, para que me uses." "Eso se llama inteligencia intrapersonal. Entiendes tan bien lo que pasa dentro tuyo." "Sí, lo supe todo desde el momento que te conocí. Fue como que prendieran la luz." Con una sonrisa le di permiso para tomar su lechecita de la noche. "Gracias." Nos quedamos dormidos abrazados. 
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