Tia querida - Relatos Eróticos

Tia querida

Mi tia, mi amor Vivimos en una casa ya bastante vieja que requiere un continuo mantenimiento, el año pasado rehicimos el frente y este año nos decidimos por reparar y pintar las habitaciones. La casa tiene tres dormitorios. un living comedor, cocina – comedor diario y baño, además un pequeño patio que mi madre lo tiene atestado de macetas con sus flores. Los dormitorios los ocupamos, el grande mis padres y los otros dos mas pequeños, uno mi tía, hermana de mama y el otro yo. Mi papa trabaja en una empresa de seguridad y mi tía es profesora de secundario, mi mama se ocupa de las cosas de la casa y yo estudiante, o al menos pretendo serlo. La mía es una familia normal, común y corriente que lucha por llegar a fin de mes y pretenden que yo, algún día sea un profesional. Tenemos un coche ya un poco viejo, pero funciona al pelo, quizá algún día me lo dejen manejar, porque ya cumplí mis 16 y según la ley podría hacerlo, pero para eso necesito autorización paterna que me la prometieron si aprobaba totalmente mi cursada de este año. Mis padres y mi tía tienen alrededor de los 40, no son tan viejos pero tampoco unos pendejos, de manera que mis gustos y diversiones no concuerdan con las de ellos. Mi tía no es tan linda como mama, es mas flaca, mas alta, en lo único que la supera es en sus tetas, pero se viste tan mal, que las disimula bastante. Mi madre es un poco más elegante, y su semblante es más alegre como lo es su carácter y trato hacia mí. La tía es mas seriota, distante, ...

... parecería una persona que vive angustiada, no se pinta y su vestimenta es muy monótona, usa polleras largas o pantalones, lo que hace suponer que quería ocultar sus piernas, posiblemente por creerlas feas. Bueno como al otro día llegaban los albañiles hubo que vaciar una pieza, se comenzó por la de la tía, la mudaron conmigo, cosa que me cayó malísimo pues pensé que mi intimidad se acababa, adiós porno, adiós pajas, adiós chat. Pensé porque no la ponían provisoriamente en el comedor, pero, el problema estaba que ella daba clases particulares allí casi todas las tardes. Los albañiles dijeron que terminar esa habitación le llevaría unos tres días, por suerte no era mucho. Yo acostumbro que al regresar de la escuela, merendeo y me ducho para no hacerlo a la mañana, que el baño esta ocupado y me tendría que levantar muy temprano, luego deberes, algo de pc, algún juego, cenar y de nuevo pc, con porno y una pajita antes de dormir. Con la nueva compañía, imaginen que cosas debería dejar de hacer. Luego de merendar, mama me dice, compórtate tu tía esta durmiendo, su alumno no vino, bueno de todas formas me ducho y luego me iré a dar una vuelta. Mi habitación lucia un despelote, todo amontonado y mi tía leyendo acostada en su cama, la saludo y me quito la ropa quedando en ropa interior, cosa que hacia siempre y todos estaban acostumbrados a verme así, me voy a duchar, regreso como de costumbre con la toalla en mi cintura a buscar mi ropa interior limpia para ponerme, la busco en el placard ...