1. Sexo con dos negros en el metro de París


    Fecha: 22/08/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: Libia29, Fuente: CuentoRelatos

    Me dolían mucho los pies, así que cuando se quedó un asiento libre me escabullí entre la gente y me desplomé en él. Jaime se quedó de pie donde estábamos, a unos dos metros de mí. Tenía el plano del metro en la mano y estaba mirando a ver cuantas paradas quedaban para llegar al hotel. Levantó la vista hacia mí y me hizo un gesto haciéndome ver que faltaba un rato para llegar. Cuando me invitó a este viaje me emocioné pensando en una perfecta escapada romántica, pero la verdad es que después de dos días de colas, museos e iglesias, estaba algo decepcionada. No sé nada de francés ni de cómo moverme por una ciudad tan grande, así que me dejé llevar por él en todo momento. A medida que el tren hacía paradas iba llenándose cada vez más. Era tarde y la gente volvía a casa desde los puestos de trabajo. La mayoría de los pasajeros eran de origen africano. Ya conocía que había mucha inmigración en París, pero la realidad superaba con creces las expectativas. Hubo un momento en que éramos los únicos blancos en el abarrotado vagón. En una de las paradas, se abrieron las puertas y Jaime me gritó que esa era la nuestra. El muy imbécil había esperado hasta el último momento para avisarme y entre la puerta y yo había unas quince personas apelotonadas. Intenté abrirme paso entre ellas, pero era difícil porque apenas había espacio para moverse. No me dio tiempo a llegar a las puertas y estas se cerraron. Hay que ser gilipollas para bajarse del tren sin esperarme, pero él era capaz de hacer ...
    ... cosas así. Encima de todo se había llevado la mochila donde iba mi teléfono y ahora estábamos incomunicados. La situación era angustiosa, ya que no sabía muy bien cómo actuar. Pensé que lo mejor sería bajarme en la próxima y subir en el tren en sentido contrario, para volver a la parada donde se bajó él, suponiendo que se hubiera quedado allí a esperarme, que tampoco era seguro. Me tranquilicé un poco después de tener una idea clara de lo que hacer, pero los nervios volvieron cuando me di cuenta de que esa próxima parada no llegaba. Por lo visto, como me enteré más tarde, esa no era una línea de metro normal, sino una llamada RER que llegaba hasta ciudades del extrarradio parisino, y habíamos salido ya de los límites de París. A todo esto, con el trasiego de gente había quedado atrapada entre dos muchachos de color de tamaño considerable. Parecía que eran amigos ya que hablaban y reían. Yo soy una chica de pequeña estatura (1.60m) y muy delgadita. No tengo muchas curvas y mucha gente me dice que parezco una adolescente, aunque ya tengo 22 años. Apenas les llegaba a la altura de la barriga. Uno de los dos llevaba rastas y era gordo. El otro estaba rapado y tenía una musculatura impresionante, que se marcaba perfectamente a través de la camiseta. Desprendían un olor muy fuerte, que me desagradó en un principio, aunque poco a poco me fui acostumbrando. Entre eso y el calor que hacía allí dentro, me sentí un poco mareada y en un momento tuve que apoyarme sobre uno de ellos para no ...
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