El padrastro de Camilo - Relatos Eróticos

El padrastro de Camilo

Un chico descubrirá la pasión en brazos del esposo de su madre. Fue una noche cuando Damián llegó a la casa de Camilo, quien lo recibió con alegría, creyendo que el hombre sería como un padre para él, sin saber que se convertiría en su marido. Habían pasado cinco años desde aquella noche, Camilo estaba por cumplir los 15 años y se había convertido en un adolescente delgado muy parecido a su madre, de facciones finas, ojos color miel, delgado, de piel blanca, labios carnosos, medía 1. 60, cabello castaño claro, era un chico muy atractivo, que llamaba la atención de todas las chicas de su colegio, pero que no tenía novia, lo cual había despertado rumores entre los demás. Los rumores sobre su sexualidad eran ciertos, Camilo se había asumido como gay desde los 13 años cuando se dio cuenta que no le atraían las chicas y sí eran los muchachos quienes despertaban su interés sexual, pese a ello, él había decidido mantener su orientación en secreto volviéndose un chico reservado y callado. No tenía amigos y tras salir del instituto regresaba a su hogar. Era alrededor de las 3 de la tarde cuando Camilo volvía a casa todos los días y como siempre encontraba a Damián en su gimnasio entrenando. Damián se había casado con su madre desde hace cinco años y era un hombre obsesionado con su físico. Medía 1. 80, de cabello negro, piel morena, musculoso, barba y pelo pecho, ojos negros, facciones duras. Y a pesar de tener 52 años lucía como 10 años menor por su actividad física. Su relación con ...

... Camilo nunca fue muy cercana, no llegó a ser el padre que el chico esperaba, pero llevaban una relación cordial. Cuando Camilo abrió el refrigerador para tomar agua, vio que entraba por la puerta Damián vistiendo solo una bermuda, sudado y con una pequeña toalla alrededor del cuello. Damián: ¿Cómo te fue en la escuela? Camilo: Bien Damián: Tu mamá aún no regresa, llamó para decir que llegaría más tarde. ya sabes cómo es su trabajo. Camilo: Sí, ya sé. Me iré a mi cuarto. Damián sujetándole el brazo: Cuando te vas animar a entrar al gimnasio conmigo. si hicieras más ejercicio, te verías más lindo. Camilo sonrojado: Gracias, pero casi no me gusta. Damián: Si lo haces ninguna chica se te resistiría o mejor dicho ningún chico. Soltándose, Camilo ruborizado se fue a su cuarto y cerró su puerta. Recostado en su cama, Camilo sabía el por qué su padrastro le había dicho eso. Habían pasado seis meses, cuando Camilo solo en casa había decidido explorar su físico y tomando un labial de su madre se había pintado los labios, tomó unas zapatillas y se las puso, fue en ese momento cuando Damián entró a su cuarto y lo encontró. Damián lo quedó viendo y se fue. Más tarde y muy avergonzado, Camilo habló con él para pedirle que le guardara el secreto. Damián: Mira Camilo, la verdad es que ya me lo esperaba, desde niño he visto que tu comportamiento era afeminado y pues si fueras mi hijo te madreaba hasta volverte macho, pero pues no lo eres y por mí no hay pedo, tú sabrás cuando decírselo a tu ...