1. Clases de Piano Capítulo 8


    Fecha: 29/08/2019, Categorías: Incesto Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues

    ... con mamá o nos quedamos? ‐ Vamos Me estaba gustando la cogida mucho, pero me calmé y recordé que también quería cogerme a Rita y no se diga a Claudita que seguramente estaría toda baboseada por su mamá. Caminé con Esthercita ensartada a mí, me detenía la besaba y movía mi cadera con rapidez, volvía a caminar otro poquito y hacía lo mismo, ella gemía de felicidad cada que me detenía. A mitad de escalera empezamos a escuchar los gemidos de Claudita, al parecer la estaba pasando muy bien, Esthercita me miró, a pesar de la oscuridad de la casa nos habíamos habituado, por lo que podía ver su rostro como sonreía imaginado como estarían las dos; ya en la puerta la recargué y le dije que abriera, ella torpemente lo huso porque yo no dejaba de cogérmela, por fin abrió y la lámpara del buro reveló la escena, en medio de la cama estaba Claudita en cuatro y atrás de ella Rita con un arnés sujetando un dildo, su cara estaba desencajada mientras movía su cadera cogiéndose a su hija, Claudita apretaba las manos sobre las sabanas apoyándose en ellas para hacer más plena la penetración, note que el arnés estaba muy apretado y mirando más note que Rita también tenía algo metido en su raja, el placer era para ambas, ya no sabía si los movimientos eran para darle placer a su hija o a ella misma. Me acerque a ella y bajando a Esthercita me puse al lado de ella besándola en la boca, me correspondió pero no dejo de moverse ni de mirar a su hija de forma pervertida, estaba yo hincado del lado ...
    ... derecho de ella y jale a Esthercita poniéndola en cuatro al lado de su hermana, pujo cuando la volví a penetrar al ritmo que lo hacía Rita, el dildo que Claudita tenía metido no era una monstruosidad, más bien era de mediano a pequeño, imagino que lo escogió así para no lastimarla, no es lo mismo cogerla con una verga sensible a un dildo de plástico; apretaba fuerte las caderas de Claudita babeando mientras lo hacía, yo no me quedaba atrás y cogía a Esthercita, los gemidos de la dos niñas retumbaban en toda la habitación y en toda la casa, imagino que una persona ciega con oído agudizado podría habernos escuchado a través de las gruesas paredes. Miraba con atención la cara de Rita, como volaban sus cabellos, tenía algunos cabellos pegados a su rostro por el sudor y como se desencajaba su rostro al cogerse a su hija, apretaba los dientes, fruncía el entrecejo y aceleraba el movimiento ante los gritos de su hijita, le dio una nalgada fuerte y Claudita gritó, se veía salvaje haciendo eso, estaba toda sudada, su cadera se movía con rapidez de atrás a adelante, sacaba la mitad del dildo para meterlo nuevamente, parecía enojada, frenética; de repente la detuve, sentí que estaba perdiendo el control y la podía lastimar, ella me volteo a ver rápidamente, su cara era una expresión de “no me detengas” ‐ Quiero cambiar Ella volteo a ver a Esthercita y movió su cabeza rápidamente en sentido afirmativo, si la detuve porque vi que estaba perdiendo el control y podría maltratar a su hija, ...
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