1. MI CUÑADA,ADEMAS DE PRINCESA,RESULTO MUY PUTA 2


    Fecha: 29/08/2019, Categorías: Voyerismo Autor: pevertido, Fuente: xHamster

    A la mañana siguiente, Loung me despertó con un beso. Creyendo que quería reanudar lo ocurrido, la abracé pero ella rehuyendo mis caricias y con lágrimas en los ojos, me informó:―Don Manuel, nunca se repetirá. He cometido un error porque ahora me va a ser más difícil cumplir con mi deber porque cada vez que le mire, querré ser suya y sabré que es imposible.―No te entiendo― respondí enojado― creí que habías disfrutado.―Y disfruté pero a partir de hoy, habrá otra mujer en su casa― dijo mientras huía llorando de la habitación.En ese instante, no la comprendí y creyendo que una vez en Madrid tendría oportunidad de repetir cuando esa joven estuviera lejos de Samoya, decidí no perseguirla por el hotel.Al bajar al hall. Loung se había puesto la careta de burócrata y con gesto serio, me saludó.―Su automóvil está listo para llevarle al aeropuerto. Me han informado que su cuñada ya nos está esperando en la sala de espera.Ya había asumido que tendría que cargar con esa desconocida y comprendiendo que no era culpa suya, enfoqué todo mi odio contra su gobierno. Lo que no me esperaba fue que al llegar, mi cuñada estuviera escoltada por un par de policías y su actitud me hizo saber que no se iba de buen grado. Por eso, aprovechando que nos dejaron un minuto, a solas, le dije que no se preocupara porque yo me ocuparía de que no le faltara nada.―Siento ser una carga― respondió casi llorando con un marcado acento:― como el único varón que considero de mi familia, le debo respeto y procuraré ...
    ... servirle en lo que pueda siempre que me permita seguir con la labor de su hermano desde España.No comprendiendo el alcance de sus palabras, le recalqué que mi casa sería la suya y que por supuesto estaba que podría continuar la obra que Alberto había empezado. La viuda sonrió al oírme pero no dijo nada porque los agentes habían vuelto y temía que nos oyeran.Su silencio me permitió observarla. Aunque la raza oriental no era especialmente de mi agrado, tuve reconocer que ese metro cincuenta albergaba todo lo que un hombre puede soñar. Guapa y con un cuerpo proporcionado, su sonrisa era cautivante. A nadie que se fijara en ella le pasaría inadvertido que esa mujer era una belleza.«Alberto tuvo siempre buen gusto», pensé al verla caminar con paso felino por los pasillos del aeropuerto y maldiciendo mis pensamientos, me recriminé por pensar que su viuda tenía un buen polvo.Curiosamente, Loung se mantuvo a distancia mientras estábamos en suelo samoyano pero en cuanto se hubieron cerrado las puertas del avión, se arrodilló frente a ella y en su idioma, le soltó una parrafada que no entendí. Sovann al percatarse que no lo comprendía, le dijo:―En español, el hermano de mi marido debe de enterarse quien soy.Loung se disculpó y ya en castellano, repitió:―Princesa, el gobierno actual no representa al pueblo. Considéreme su leal súbdita, juro dar mi vida por usted.―Loung Sen, tu padre me hizo llegar tu deseo de servirme y en agradecimiento a su fidelidad, desde este momento te acepto como ...
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