1. La mujer del disidente (02). El interrogatorio


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Dominación Voyerismo Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero cada uno de los agentes la cogió por un brazo, la volvieron a agarrar del pelo, y la hicieron permanecer de pie mirando al capitán. La cara le ardía, y sabía que aquel hombre le había dejado los dedos de la mano marcados en la cara. -Las preguntas las hacemos nosotros, y ante cada pregunta, queremos una respuesta clara y directa -explicó el capitán-. Tampoco nos gustan las mentiras, con lo que te conviene que no te pillemos en alguna o te arrepentirás. Y muy importante, no nos gusta la soberbia, o sea que más te vale ir rebajando esa actitud chulesca y obedecer. Si no nos gustan tus respuestas, o si no nos gusta tu tono, la cura de humildad por la que te vamos a hacer pasar no te va a gustar. ¿He hablado con claridad? Amalia, entre sollozos, afirmó con la cabeza. -Quiero oírtelo decir -exigió el capitán-. -Está claro -afirmó Amalia- Otra cosa, de ahora en adelante, tanto a mí como a cualquier agente de la autoridad destinado a esta penitenciaría nos hablarás de usted y de señor. No sé si me explico -indicó-. -Está claro, señor -afirmó ella, humillada-. -Entonces... ¿en qué hemos quedado, si puedes explicarnos con más detalle? -preguntó el capitán, quién al contrario de lo que exigía para él y los suyos, a ella no tenía intención de hablarla de usted-. -En que me dirigiré a ustedes con respeto, no cuestionaré las preguntas que me hagan, y las contestaré de forma clara y humilde diciendo siempre la verdad, señor -respondió cediendo a las pretensiones de sus captores-. ...
    ... -Volvamos a la pregunta -retomó el capitán, mientras los tres hombres se volvían a sentar en sus asientos-, ¿eres virgen? -No, señor -respondió Amalia humildemente-. -Así me gusta, Amalia -indicó el capitán-, pero dado que te al principio te has mostrado reticente a colaborar, quizás te hagamos más preguntas de las que necesitamos, para asegurarnos de tu disposición. ¿Qué te parece? -Por favor, yo solo quiero acabar cuanto antes con todo esto. Aclarar la situación y volver a casa con mi marido. Créanme, no he hecho nada para merecer estar aquí -explicó-. -Volvamos a las preguntas -prosiguió en capitán haciendo caso omiso de los ruegos de Amalia- ¿a qué edad perdiste la virginidad? -A los veinticuatro años, señor. -¿Con cuántos hombres te has acostado? -Solo con mi marido. -¿Cuántas veces mantenéis tú y tu marido relaciones sexuales? Y recuerda lo que hemos dicho de mentir, lo que tú me cuentes quiero que coincida con pelos y señales con lo que nos pueda contar tu marido -advirtió el capitán- -Normalmente una vez a la semana, señor -contestó ella, cabizbaja-. -¿Cómo lo llamáis? ¿Follar, chingar? -No lo llamamos de ninguna forma, solo lo hacemos -respondió-. -Descríbete físicamente -ordenó el capitán-. -Soy de cabello castaño, ojos verdes. Mido 1,65 y peso 63 kg. -Dinos más cosas sobre tu cuerpo -exigió el capitán-. Amalia no sabía qué más decir. Tampoco entendía qué más querían saber esos hombres, pues estaba allí frente a ellos, y podían ver perfectamente como era, sin necesidad ...
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