1. El mozo del establo


    Fecha: 30/08/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El mozo del establo Hola me llamo Javi, tengo 19 años y éste es el primer relato de esta temática que escribo y he decidirlo mandarlo aquí, ¿porqué no? Espero que lo disfrutéis:Esta historia comienza con un pequeño viaje a un pueblo en plena Serranía de Cuenca cuyo nombre aquí importa poco. Dando un paseo por el pueblo me fijé en el establo y decidí acercarme para ver a los caballos. De un primer vistazo parecía no había nadie pero pronto escuché a alguien silbar y siguiendo el sonido me encontré a un muchacho de unos 18 años cepillando a un pequeño potro. El joven vestía unos vaqueros desgastados y algo ajustados y la ausencia de la camiseta me permitía observar unos brazos algo marcados por los músculos y un pecho fuerte, su pelo era negro y su tez bastante morena, seguramente debido a trabajos en el campo.Me quedé observándolo durante unos minutos, de hecho el chaval era bastante atractivo y ciertamente daba cierto morbo y sin quererlo el deseo se apoderó de mí provocándome una ligera erección. Se percató de mi presencia y, dándose la vuelta, me mostró una cálida sonrisa al mismo tiempo que unos preciosos ojos de color miel.- Hola-me dijo-¿puedo ayudarte?- Eh... sólo estaba dando una vuelta por el pueblo y me apetecía ver a los caballos.- ¿Te gustan los animales?- Pues sí, je. Por cierto, ¿No conocerás algún mirador cerca del pueblo con buenas vistas?- Claro, ahora no tengo mucho que hacer, ¿te importa que te acompañe? Iremos en caballo. Por cierto, me llamo Alex-Yo JaviNo ...
    ... sabía que decir, era un completo desconocido aunque por otro lado disfrutaba de su compañía ya que además de guapo era de un carácter cálido y amable y eso me inspiró confianza.-Espera que me limpie un poco, no quiero ir por ahí oliendo a estiércolMientras el conducía al caballo yo iba detrás, agarrado a él para no caerme y pese a la ducha que se dio pude percibir su aroma, olía a campo y a aire fresco. El pelo le ondeaba al viento y en ocasiones me permitían verle la nuca, tan morena como su piel; en un momento dado, también por el hecho de que seguía sin camiseta, no pude evitar una segunda erección que él debió notar y, aunque no dije nada, me moría de vergüenza…Por fin llegamos y me ayudó a bajar del caballo. El sitio era precioso y con unas vistas fabulosas, también había una pequeña choza.- Aquí es donde vengo a veces a reflexionar ¿sabes? Siempre se agradece un poco de soledad, sobretodo con las habladurías que se cuentan en el pueblo.- ¿Qué tipo de habladurías?- Las que se cuecen en todos los pueblos de este tipo, ya sabrás de que hablo. Bueno dejémoslo, ¿quieres que te enseñe la cabaña?- Bien, ¿por qué no?Entramos los dos a la cabaña dejándome, con muy buenos modales, entrar a mi primero y no mucho después sentí un cálido aliento susurrándome al oído:-He visto como me mirabas y también me di cuenta de cierta cosa detrás mía cuando íbamos en el caballo.Con estas palabras me puse muy nervioso, incluso tuve algo de miedo.-Tranquilo, te he traído aquí para poder estar a ...
«123»