Buenos días - Relatos Eróticos

Buenos días

Entró la luz por la ventana y fue lo que despertó, el cuarto impregnado de de aroma a hombre, a sudor; la puerta cerrada y las cobijas por un lado, solo una sábana blanca cubría mi cintura, una erección matutina como es de diario noté al fijarme en mi entrepierna,  separada del aire por la fina tela, a mi lado como siempre una hermosa criatura, piel tersa, cabellos rubios, que descansaba tranquila, el amor de vida producto de mi, mi hermosa princesa que desde hace 5 años da sentido a mi día a día, acaricié su hermoso cabello largo, sentí su respiración, descubrí la sábana que la confinada y con mi enorme mano recorrí su diminuto cuerpo, sin vello, ligero, su hermoso pecho, su cinturita, sus bellas y redondas nalguitas. Mi mano acarició sus piernas y subió hasta el punto donde se unen, una delicada rajita descansa, húmeda y dormida, abrí sus piernitas y olí esa tersa piel lampiña y rosada, acaricié con cariño, dos dedos eran suficientes para cubrir aquellos labios que fueron masajeando esa tierna vulva, acariciando el pequeño botón y abriendo esa rajita. Mi boca salibaba y era hora de besar aquellos labios pequeños que me hacen gozar, con piquitos poco a poco besé esa ranurita, con la punta de ...

... mi lengua repasé casa orificio, acto seguido lamí los tres de uno solo. Mi glande hinchado, con olor a hombre, Orina y semen se posó en aquella pequeña entrada, para sentir el calor de mi pequeña. Esa bella vagina se impregnó de olor a hombre, a huevos y a sudor y algunos vellos gruesos que cayeron a su alrededor. El movimiento la despertó, la princesa ya no dormía, me miró con una sonrisa, estaba con papy, y papy la cuidaba. Alargó sus brazos y juntó su boca a la mía, el beso de buenos días que rutinario era, junta los labios de la pequeña con mi gran boca, rosando su  rostro con mi espesa barba. La abracé, me senté y la tenía en mis brazos, mi venuda verga tocaba su abdomen. Ella tomó el falo que le dió la vida y lo besó, lo lamió y jugó cómo cada mañana, acarició los testículos y tosió con los pelos que en su boca quedaron, la reina de papá jugando con sus genitales, dandole gusto al hombre de la casa, que la hace su mujercita. Sostuve su cabeza mientras yo sentía el orgasmo, mi leche calientita salió de mi aparato, llenando a mi nena su boca y cuerpo, ella con gusto tragó su desayuno lista para el baño diario. Cómo cada día jugó con la leche y nos besamos amorosos dándonos los buenos días.