1. Mi propio Padre me hizo Maricón!


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Nauj69, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... hijo? ¿No me digas que el calor te ha puesto cachondo? —Me preguntó esbozando una sonrisa burlona.
    - ¡Lo siento, papá! —Exclamé muerto de la vergüenza.
    - No pasa nada hijo. Es algo natural, pero... —E hizo una breve pausa- ¿Hay algo que quieras confesarme? Sabes que puedes ser honesto conmigo y que yo siempre te apoyaré.
    - ¿De qué hablas papá?
    - Que si no hay algo que quieras decirme, no sé… —Y se rascó la barba- Si sientes curiosidad por otros hombres y esas cosas.
    - ¡¿QUEEEÉ?! ¡Claro que no, papá! —Respondí ofendido- ¡No soy MARICÓN!
    - Está bien, tranquilo hijo. Pero entonces dime, ¿por qué se te ha puesto dura mirándome la entrepierna? ¿O es que crees que no me he dado cuenta?
    
    En ese instante me puse más nervioso que nunca. Sentí un extraño calor en mi pecho y como sudaba helado de la espalda y mis axilas. Por varios segundos no supe que responderle a mi padre; la verdad es que quería salir corriendo de ahí, pero lo único que hice fue quedarme petrificado y apretar más el cojín que continuaba tapando mi persistente y recia erección.
    
    - ¡Hijo, te has puesto pálido! —Y se pasó la mano derecha por la nuca, como si tratara de pensar bien que decirme luego- No es para que te pongas así. No pasa nada. Seguramente es algo normal a tu edad, con todo eso de las hormonas a flor de piel.
    - No sé qué me ha pasado, papá… —Le contesté sin verle a la cara- Pero la verdad es que se te ha salido un huevo y no he podido evitar mirarlo, y no sé... Se ve tan... Tan enorme y ...
    ... peludo… Mucho más que los mío y pues, no sé…
    Mi padre bajó la vista a su entrepierna para confirmar que efectivamente traía uno de sus huevos de fuera; entonces se lo acomodó con una mano y luego carraspeó su garganta para continuar diciendo:
    
     - No sé cómo no me di cuenta que se me había escapado un huevo, pero es que este bañador es muy pequeño y la verdad es que si tengo unos huevos bien enormes; todos me lo dicen, incluso mis amigos. Además hijo, lo que pasa es que ya llevo cuatro días sin correrme y los tengo al tope de leche...
    - ¡Joder papá! —Lo interrumpí algo sorprendido.
    - ¿Qué pasa? Vamos, hijo. Si es de lo más natural del mundo que un padre hable así con su hijo. ¿A caso me vas a decir que cuando tú no te corres, no se te ponen igual?
    - Bueno sí… Aunque nunca tan hinchados como los tuyos, papá.
    - ¡Eso! ¿Y a qué tengo unos buenos huevos, eh hijo? ¿Quieres verlos bien?
    
    Yo me sorprendí todavía más con esas palabras; pues si bien era cierto que mi padre y yo nos llevábamos fenomenal y nos teníamos mucha confianza, nunca antes habíamos llegado a este nivel.  La verdad es que yo ni podía creer que papá me hubiera propuesto eso; pero moría de curiosidad por vérselos, así que asentí moviendo la cabeza.
    Entonces mi padre se levantó del sofá y sin más nada que decir se bajó el bañador hasta los tobillos y se quedó sentado en el borde del sofá, dejando sus macizos y velludos huevos colgando entre sus piernas peludas, junto con su verga carnosa.
    
    Mis ojos no podían ...
«1234...11»